El trago en cuestión acaba de cumplir sus primeros 90 años y lleva el nombre de su creador, el conde Camillo Negroni. El lugar de nacimiento es Florencia, a mitad de los años 20, concretamente el Café Casoni, lugar de reunión de la aristocracia florentina que hacía de las suyas por las calles de la ciudad y se reunían en los cafés para hablar de política. El barman del Casoni, un tal Fosco Carselli, noche tras noche preparaba "lo de siempre" al conde. Lo de siempre consistía en un simple cocktail compuesto de partes iguales de vermouth y bitter Campari. Después de muchos años con esa rutina la cosa terminó con el conde aburrido de ese líquido demasiado delicado. Barman y conde se pusieron a pensar y decidieron agregarle al trago un poco de gin, bebida que el conde había descubierto en sus viajes a Londres. Dada la sencillez de la receta debería ser fácil encontrar un buen Negroni en cualquier sitio, pero no es así. Lo ideal es ir a Florencia y correr al Café Rivoire, en Piazza della Signoria. Allí hay un barman que incluso publicó un libro sobre "La vera storia del cocktail Negroni". 
Otro Negroni perfecto se puede tomar en el histórico Café Giubbe Rossé, en la Plaza de la República, dentro o sentado en la terraza viendo pasar la gente y reponiéndose de la fatiga tras la visita a la cúpula del Duomo. La composición del cocktail es más que conocida (1/3 de London Dry Gin, 1/3 de Campari, 1/3 de Vermut Rosso). El cocktail, que los entendidos dicen que hay que preparar en el mismo vaso, debe llevar un par de cubitos de hielo máximo, pero nunca picado ni molido, pues el Negroni jamás debe aguarse. Por esa misma razón, las bebidas deben servirse ya frías de antemano, a fin de que el hielo no se derrita rápidamente y ensucie la bebida. Hay quien le añade unas gotas de limón para potenciar el sabor, sobre todo de la ginebra. Sin embargo, la fórmula original se servía con una rodaja de naranja en el filo del vaso. El Negroni no sólo se puede tomar como aperitivo antes de la comida o la cena, sino también como copa para alargar la noche hasta la madrugada pero ojo con repetir que emborracha.
Otro Negroni perfecto se puede tomar en el histórico Café Giubbe Rossé, en la Plaza de la República, dentro o sentado en la terraza viendo pasar la gente y reponiéndose de la fatiga tras la visita a la cúpula del Duomo. La composición del cocktail es más que conocida (1/3 de London Dry Gin, 1/3 de Campari, 1/3 de Vermut Rosso). El cocktail, que los entendidos dicen que hay que preparar en el mismo vaso, debe llevar un par de cubitos de hielo máximo, pero nunca picado ni molido, pues el Negroni jamás debe aguarse. Por esa misma razón, las bebidas deben servirse ya frías de antemano, a fin de que el hielo no se derrita rápidamente y ensucie la bebida. Hay quien le añade unas gotas de limón para potenciar el sabor, sobre todo de la ginebra. Sin embargo, la fórmula original se servía con una rodaja de naranja en el filo del vaso. El Negroni no sólo se puede tomar como aperitivo antes de la comida o la cena, sino también como copa para alargar la noche hasta la madrugada pero ojo con repetir que emborracha.
Piazza della Repubblica 13/14r - 50123 - Firenze
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