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martes, 30 de agosto de 2011

"Ovejas Negras Tapas", un rincón encantador con cocina hecha con cariño en Sevilla

Chupitos de salmorejo espectaculares, wok de pollo y verduras, carrillera con puré, patatas bravas, berenjenas con parmesano, risotazo, tartar de atùn, chipirones con salsa de lechuga, ensaladas, quesos curados, foie gras con chutney de cardamomo, cucurucho de boquerones fritos, anchoas del Cantábrico...estas delicias son parte de la carta breve pero exquisita del nuevo gastrobar de Sevilla "Ovejas Negras" que lleva apenas mes y medio de andadura y ya está dando que hablar.
Las tapas son abundantes y están muy pero que muy bien de precio, todo está bueno, puedes elegir cualquier cosa y acertarás porque la cocina está elaborada con cariño y eso se nota. Está en la calle Hernando Colón, entre la Paza de San Francisco y la Catedral, en el local del antiguo bodegón Pez Espada. Su diseño en acogedor y tiene algo especial que lo diferencia de los nuevos bares que están abriendo en la capital hispalense, quizás esa lámpara hecha de perchas o la calidez de la madera. Aunque no seas el rarito de la pandilla ni la oveja negra de la familia, el bar merece la pena. Los dueños son una pareja jóven, con experiencia a sus espaldas. Ella, Genoveva, ha trabajado con Martín Berasategui, en el restaurante del Hotel Eme de la capital hispalense. Ah! y además tienen un Ribera del Duero tinto ecológico y un vino de Ronda que están exquisitos. De momento cierran los domingos, pero el resto de los días están abiertos de 9 a 16 horas y de 20 a 23:30.

lunes, 29 de agosto de 2011

Restaurante "La Sal", el mejor atún de Zahara en Barrio de Santa Cruz de Sevilla

El restarurante "La Sal" se encuentra desde 2009 en el corazón del barrio de Santa Cruz de Sevilla, en la calle Doncellas, muy cerca de los Jardines de Murillo. Sus propietarios lo abrieron después de llevar 15 años ofreciendo los mejores atunes y pescados de la localidad gaditana de Zahara en la playa de Atlanterra. El restaurante sevillano, ubicado en una casa de 1878 de dos plantas, está especializado también en atún (a la sal, en teriyaki, carrillera de atún, morrillo de atún,  en manteca) y otros guisos marineros, así como en carne serrana de retinto y buenos vinos.
El menú degustación es excelente, tanto en calidad como en cantidad y puedes comer a la carta sin sobrepasar los 30 o 35 euros.  No es fácil encontrar un pescado tan fresco y bien preparado, en un local cálido y acogedor ya que el restaurante/taberna "La sal" está en una típica casa sevillana de 1878, de dos plantas. El menú degustación es excelente, tanto en calidad como en cantidad: atunes y pescados de la Costa de Cádiz, carnes de retinto de la sierra y buenos vinos de acompañamiento. A pocos metros de la playa o en el centro de Sevilla, Charo Alvarez ha conseguido montar dos restaurantes íntimos, de pocas mesas, donde priman los pescados elaborados de manera original.  "La sal" es también un espléndido local, situado en la urbanización de Atlanterra de Zahara de los Atunes, de ambiente cálido y agradable, donde se puede comer en su terraza cubierta. El restarurante La Sal se encuentra en la carretera que sube a la montaña de Atlanterra, al lado de la urbanización Atlanterra Playa, a dos kilómetros de Zahara y es ideal para una cena romántica o de amigos. Dispone de una carta con gran variedad de platos, aunque su especialidad son los pescados a sal, acompañados siempre de unas exquisitas guarniciones. Es aconsejable reservar, al menos, con un día de antelación, para poder disfrutar de la cena en la terraza. La zona pesquera del estrecho de Gibraltar provee de uno de los mejores atunes del mundo a los restaurantes de Andalucía y en especial de Zahara, con sus ocho kilómetros de costa, playas de agua transparente y dorada arena, que no en vano debe su nombre a este famoso pescado.

 LA SAL  Urb. Atlanterra Playa.- 11393 Zahara de los Atunes (Cádiz), tfno. 956 45 31 12

Taberna La Sal Sevilla. Doncellas, 8
Tel 954 535 846
12.00 n midnight

jueves, 25 de agosto de 2011

Maroush, el placer de la comida libanesa en el centro de Londres

Comer en Londres es caro y en el centro más, pero sin duda hay excepciones como la cadena de restaurantes Maroush. Se trata sin duda del mejor libanés que he probado. La comida no es barata, al igual que ningún restaurante londinense, pero tampoco es especialmente caro. Rondará las 20 libras por persona (sin vino), pero te pones las botas. Los dueños abrieron su primer restaurante en 1981 y desde entonces han tenido tanto éxito que ya llevan 16 restaurantes abiertos. Podreis disfrutar de una comida tranquila y relajada en el Maroush Gardens, o pasar una velada entretenida con música en vivo y danza del vientre, así como disfrutar de un tentempié y un zumo de fruta fresca recién exprimida. De entrada ponen unos aperitivos o mezza, como les llaman ellos: el clásico hummus (deliciosa pasta de garbanzos acomañada de pan libanés recién hecho), musaka libanesa ( nada que ver con la musaka griega, esta tiene sólo verdura y garbanzos),  ensalada, y también unas salchichitas picantes de cordero que no estaban mal. Viene bien saber que con cada cena o almuerzo sirven una fuente con  lechuga, tomate, pepino, pimiento y zanahoria de acompañamiento. Como plato puedes pedir pollo con verduras y arroz (no muy especiado), o un Sayadieh (pescado).  En Maroush se mezcla la creatividad de la cocina con los platos tradicionales. Hay guisos fuertes como el Warrack Arish (cordero picado envuelto en hojas de vid) o el Harrah Samaka (pescado del día sazonado con ajo, cilantro, piñones, nueces, cubierto por tahina y pimentón). o más suaves como el cordero asado, con pimientos y ensalkada de rúcola. De postre los baklawa libaneses y de beber un vino (los de allí son buenos pero caros) porque aunque es un restaurante musulman sirven alcohol. El primer restaurante Maroush I se mantiene en Edgware Road. 20 años más tarde, Maroush se ha convertido en el referente de la gastronomía libanesa de la ciudad. El de la calle Beauchamp  es el más popular durante los fines de semana y un punto de encuentro antes y después del clubbing, o sea salir de marcha.

Maroush I. 21 Edgware Road
London W2 2JE, Reino Unido
020 7723 0773. Metro: Baker Street

Maroush II. 38 Beauchamp Place. london SW3 1NU.
Teléfono: 020 7581 5434

lunes, 22 de agosto de 2011

Restaurante El Mirador de Doñana, entre lo mejor del paraiso gastronómico de Sanlúcar de Barrameda

En el restaurante El Mirador de Doñana, y mientras se contemplan preciosas vistas de Bajo de Guía y del Parque Nacional de Doñana, se pueden degustar variadas y exquisitas tapas, antes de dar paso a sabrosos guisos como la sopa de marisco y galeras, cazuela de rape, salpicón, langostas de su vivero propio, enormes y sabrosos langostinos de Sanlúcar inigualables, huevos de choco, calamares rellenos, cazón que aquí se prepara de mil maneras, o cualquier otro plato marinero.
Los pescados y mariscos de la afamada costa de Sanlúcar se complementan en la cocina con los productos de una huerta que en este rincón de Cádiz son excelentes.
Bajo de Guía, junto a la desembocadura del Guadalquivir y frente al Parque Nacional de Doñana, que se divisa en la otra banda del río, es un enclave gastronómico cuyo prestigio ha trascendido las fronteras nacionales. El Mirador hace una gastronomía de altura, sin sofisticación, como la de toda la vida, desde que abrió sus puertas en 1988. Cuentan que en este restaurante,  una noche de Miércoles Santo, Aznar y Blair brindaron con manzanilla por el tratado de paz que ponía fin a decenios de violencia en el Ulster. Y es que aquí no hay que dejar de probar la manzanilla que es el complemento ideal a los platos marineros que han dado fama a este restaurante y, si no , alguno de los vinos blancos de la zona.  Como postre, helado de pasas acompañado por uno de esos extraordinarios Pedro Ximénez de la zona. No es barato, pero es una garantía de frescura y calidad. En la planta baja tiene una amplia barra y unas cuantas mesas donde se puede tapear, aunque no es un sitio de tapeo propiamente dicho, un salón en la entreplanta y otro de amplias dimensiones en la primera planta, con grandes ventanales y vistas, al mar y a Doñana. La decoración es de estilo rústico y marinero, la separación entre mesas suficiente, las paredes blancas decoradas con cuadros de distintos motivos y en los techos las vigas de madera a la vista. Se trata de un punto de encuentro donde se dan cita, en torno a grandes mesas, numerosas familias gaditanas y andaluzas. El Mirador de Doñana es uno de los puntales gastronómicos de la Sanlúcar marinera -el otro es el vecino establecimiento de Fernando y Paco Bigote-, y su cocina, sin duda, es una de las grandes maestras en el arte de freir.  Además de ofrecer unas maravillosas puestas de sol, la playa de Bajo de Guía es escenario en agosto de unas carreras de caballos en la arena que atraen a cientos de gaditanos y turistas.

Bajo de Guia s/n, 11540 Sanlucar de Barrameda. Tfno.:95 636 4205. Cádiz

martes, 16 de agosto de 2011

El Barrio Húmedo de León, para mojarse por dentro.

Toma su nombre del hecho de que cientos de turistas y leoneses se "mojan" por dentro a diario en los númerosos bares, mesones y tascas típicas con sabor medieval que encuentran en la zona. El barrio húmedo de León es la zona más conocida y popular de la ciudad, al sur de la calle Ancha, en el casco antiguo, junto a la Catedral, y los nombres de sus calles- Azabachería, Platerías- recuerdan los oficios artesanos que le dieron vida en el pasado, aunque los comercios tradicionales están desapareciendo . Tapear por este barrio es uno de los muchos atractivos que tiene León. Las raciones y tapas variadas son exquisitas, y es lugar de encuentro a la hora de los vinos, por la mañana y por la tarde, y también por la noche, para salir de copas. Jóvenes y no tan jóvenes pueden disfrutar de la plaza mayor y sus alrededores. Todo tipo de tapas, pero especialmente las sopas de ajo leonesas, el chorizo, la morcilla y los vinos de León ofrecen un exquisito placer a los visitantes. En el Barrio Húmedo tampoco faltan multitud de restaurantes donde abundan los platos típicos de León, como las truchas, el cocido, el lacón con grelos, los botillos, etc. En León es un ritual "salir de tapas o vinos", cada bar tiene su tapa característica que ponen de forma gratuita con cada consumición, con solo pedir un chato corto o un butano. Así, podemos tomar croquetas de diferentes ingredientes en El Rebote, patatas ali-oli o gambas en el Latino, pizza en La Competencia, morcilla en La Bicha, sopas de trucha en el In Situ, cecina leonesa en Latitud42, o el huevo frito con picadillo en el Puerta del Sol. La Plaza de la Regla, también conocida como Plaza de la Catedral es uno de los lugares emblemáticos del barrio y alberga un mercado de sellos y monedas antiguas bajo los soportales cada domingo. Los miércoles y sábados hay mercado de alimentación con productos típicos de la zona. Es la típica plaza castellana, rodeada de casas con soportales. En verano se puede disfrutar de la vista tomando algo en una de sus terrazas. De aquí la ruta sigue hacia la calle Matasiete, una de las más estrechas de la ciudad, que desemboca en la plaza de San Martín, el corazón del Barrio Húmedo, lugar de encuentro de locales y turistas para ir de cortos o de chatos. O sea, que ólvidese del calzado y la ropa de agua que no hará ninguna falta para visitar o pasear por este barrio. Solamente hará falta un poco de prudencia, pues con sus ricas tapas, es posible que se anime a hacer un completo recorrido por la zona, y entonces si que acabará un poco "encharcado", pero por dentro. Al Húmedo hay que volver por la noche para ver su ambientazo y de paso admirar la fachada iluminada de la Catedral.
Desconocida aún por muchos, la ciudad leonesa se abre al visitante ofreciendo sus imponentes edificios cargados de historia como La Casa de Botines diseñada por Gaudí o el Palacio de los Guzmanes, y la modernidad del MUSAC que la ha internacionalizado y que es la imagen del León más vanguardista. Incluso para aquellos a los que no les guste el arte contemporáneo solamente admirar el edificio colorista, que homenajea a las vidrieras de la catedral, en sí mismo ya merece la pena. Obra de Mansilla y Tuñón , recibió el premio Mies van der Rohe de arquitectura en 2007. El auditorio también fue construido por el mismo estudio y está situado muy cerca del museo. La entrada al Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León es gratuita.

domingo, 14 de agosto de 2011

Etiopía, un país sorprendente, orgulloso y enamorado de su historia

La hambruna que devasta el país ha generalizado la errónea creencia de que Etiopía es solo un desierto pero la gran meseta central que recorre una gran parte del país es la mayor zona fértil de Africa. Los desiertos existen en las fronteras con Kenia y la costa somalí, pero no los visitan los turistas y a todos los efectos Etiopía es verde y con un impresionante paisaje.
El país es cálido, agradable y animado y sus gentes tienen su propio sentido de la identidad y superan todas las expectativas aunque su pobreza haga que retrocedas en el tiempo. Los etiópes no tienen ninguna duda sobre sus orígenes, su tierra fue fundada por un tataranieto de Noé y, según los cristianos que son mayoría en el país, el Arca de la Alianza está guardada bajo llave en Maryam Zion y solo se permite la entrada al guardia oficial. Las religiones más fuertes son el cristianismo-muy influenciado por el judaismo- y el islám y la mayoría de los cristianos pertenecen a la iglesia ortodoxa etíope. La moneda oficial es el birr aunque en todas partes aceptan dólares-más difícil es pagar con euros, solo se puede en algunos hoteles de Addis Abeba- y hay vuelos internos a los principales destinos turísticos como Bahir Dar, Gondar; Lalibela y Axum. En los pueblos puedes moverte en taxi, en gari-coches de caballos-o en una especie de carromato azul cubierto con un toldo que te transporta sorteando todo lo que se mueve por las carreteras: animales, niños, gente...toda una odisea.
La comida etiópe es picante, abundante y barata. Uno de los platos típicos es la injera, una especie de panqueque hecho de tef, un cereal con sabor a nuez que te presentan fermentado durante tres días y sobre el que se pone todo tipo de comida aunque la más típica es el estofado de wat. La injera tiene una testura como de goma espuma y se utiliza como cuchara para coger con la mano porciones del estofado. Es habitual que los etiópes coman todos del mismo plato. La carne que se consume es la de ternera, cordero o cabra aunque hay wats vegetarianos para los días de ayuno de los ortodoxos que son los martes y los viernes o de la Cuaresma etíope que dura la casi totalidad de marzo y abril en la que solo consumen platos vegetarianos. En un país como Etiopía parece que cuesta hacer turismo y disfrutar entre tanto sufrimiento pero ellos quieren fomentar el turismo porque crea riquea y puestos de trabajo. Los etíopes son gente cálida, amable y encantadora, incluso la gente más pobre siempre parece contenta de recibirte y hablar contigo aunque solo sea mediante gestos. De cualquier forma, los viajeros deben ir psicologicamente preparados para ver imágenes muy duras y para que a la mínima alguien te pida dinero, en especil en las ciudades. En las poblaciones es común que te sigan un montón de niños llamándote faranji (extranjero), les puedes contestar diciéndoles habbishat (etíope) en amarigna lo que les deja asombrados y algunos te piden dinero   o algún regaloaunque todo el mundo recomienda no darles. La palabra que todo el mundo debe conocer es aishi que sirve para decir tanto vale, como hola y adiós.
Addis Abeba es la tercera capital del mundo en cuanto a tamaño con un clima que alterna una temperatura templada durante todo el año con lluvias torrenciales. La primera impresión puede resultar un tanto chocante porque hay mendigos, lisiados, conductorers de taxi y vendedores intentando llamar tu atención pero si esperas, la ciudad poseee un ambiente de vitalidad que resulta contagioso, con alicientes para mantener entretenido varios días al viajero curioso, una ciudad singular e inconfundiblemente etíope, como debe ser. En la ciudad debe haber como unos mil hoteles, la mayoría de mala muerte, aunque de ellos hay cien aprovechables entre los 30 y los 200 dólares. Addis es una ciudad con muchos robos casuales pero es tranquilísima en cuanto a violencia comparada con otras ciudades de Africa como Nairobi. En Addis destaca la catedral de San Jorge, el Merkato -el más grande de Africa-, el Museo Nacional o el Palacio Imperial.
En Gondar se pueden visitar los Castillos Faslidas, los Baños de los Faslidas, el Palacio Kusquam y la Iglesia Debre Brhan Selassie o los Poblados de los Falashas, etnia de judíos negros. En la ciudad de Bahar Dar, es donde se encuentra el naciemiento del rio Nilo, el Lago Tana y los monasterios de las islas del lago.Se trata de un país antiguo que te desconcierta: desde las culturas judaicas de las tierras altas a los coloridos pueblos del sur del valle del OMO, desde los parques afro alpinos de las montañas de Bale a las cataratas del Nilo Azul, una tierra donde algunos sitúan el origen de la humanidad. Etiopía es un país enamorado de su historia y con un especial sentido del orgullo. Como curiosidad decir que el país produce uno de los mejores cafés del mundo y que el antiguo emperador Haile Selassie, apodado Rey de Reyes, inspiró el movimiento rastafari de Jamaica. Para entrar en el país solo hace falta la vacuna de la fiebre amarilla aunque es conveniente tomar Malarone, la profilaxis de la malaria, ya que hay mosquitos en zonas húmedas y bajas aunque Addis Abeba no es una zona endémica. Y cuidado con las plagas de pulgas en zonas como Lalibela, las hay aunque casi nadie te advierte. Para viajar por el país Sanidad Exterior recomienda además llevar ún antidiarréico y suero para mezclar con agua que siempre hay que beber allí embotellada.

lunes, 1 de agosto de 2011

Ferragudo, el encanto de una aldea de pescadores frente a la masificada Portimao

Ferragudo es un pueblo con mucho encanto, situado en un extremo de Lagoa y frente a Portimao, que no ha perdido su sabor de aldea de pescadores, calles estrechas y casas de estilo morisco, pese al turismo. Está a orillas del rio Arad que en el siglo XV se defendía desde el Fuerte de San Juan de Arad o Castillo de Arad que restauró en el siglo XX el poeta Cavalho Coelho para su residencia privada. El fuerte, una de las señas de identidad de Ferragudo, separa dos playas, la de Agrinha y Praia Grande. En el pueblo se puede visitar  la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción que tiene un bonito altar del siglo XVI y exvotos de los pescadores con promesas hechas a su patrona y como símbolos de los milagros realizados por ella. Dentro del rio Arad se encuentra la ermita de Nuestra Señora del Rosario, construida en una isla y con un paisaje en el que acantilados,colinas y grutas se extienden hasta la misma orilla.
En el paseo de Ferragudo se pueden ver nasas y útiles de pesca de muchos vecinos del municipio que viven todavía de la mar. De hecho el paseo marítimo tiene cinco o seis restaurantes que preparan doradas, corvinas, pargos o lenguados recien pescados del mar y que van directamente al plato. En cuanto a playas, Agrinha es una zona tranquila, con todos los servicios que necesites y acceso por carretera al igual que Praia Grande. Cerca están también la praia de Caneiros y praia Mato, esta última bastante solitaria porque tiene peor acceso. También hay que ver la praia Do Pintadinho que se encuentra al oeste de Ponta do Altar, un promontorio estrecho y alargado, que tiene un faro. En el acantilado en el extremo norte de la playa hay una galería rocosa que forma dos magníficos arcos. Desde Praia do Pintadinho es posible ver la desembocadura del río Arade con la ciudad de Portimão al fondo. Hay una amplia zona de aparcamiento cerca de la playa, que tiene restaurantes y aseos y está vigilada durante la temporada de verano. En definitiva, Ferragudo es uno de los lugares con encanto del Algarve portugués, justo enfrente del horror de la masificada Praia da Rocha y de Portimao. Su crecimiento ha sido más respetuoso que en las poblaciones cercanas y mantiene callejones adoquinados, escaleras empinadas y casas de blancas fachadas que conservan el aspecto de épocas pasadas.