Brooklyn Heights es la joya de la corona de Brooklyn, el barrio más elegante, con más encanto y distinción y una de las mejores vistas de Manhattan. Las calles arboladas están alineadas con espléndidas “brownstones”-casas de piedra rojiza- adosadas de estilo federal con escaleras en la entrada, que dan al barrio una atmósfera del Nueva York histórico que se complementa por su aire literario. El vecindario fue residencia de escritores como Thomas Wolfe, W. H. Auden, Arthur Miller, Truman Capote (escribió A Sangre Fría y Desayuno con Diamantes en un sótano de su
casa de la calle Willow que se acaba de vender en 2012 por 9,4 millones de euros) o Norman Mailer. También en este barrio vivía la familia televisiva de la serie "La Hora de Bill Cosby, popular hace años.
El barrio se extiende entre Atlantic Avenue y Clinton Street hasta el East River, donde el paseo maritimo proporciona la mejor vista en la ciudad del espectacular horizonte de Manhattan, todo en las inmediaciones de patios de recreo y maravillosas “townhouses”. Para acceder a Brooklyn desde Manhattan es necesario atravesar El Puente de Brooklyn, el primer puente colgante del mundo que es todo un símbolo neoyorkino, con una longitud total de 1834 metros, una altura de 40 metros y una anchura de 26. En Brooklyn Heights vive una clase alta -mucho trabajador de Wall Street- que a pesar de todo ha decidido huir de Manhattan por los altos precios de la vivienda. No hay que dejar de sentarse en alguno de los bancos del romántico parque de la Promenade y observar el atardecer sobre el famoso skyline, la estatua de la Libertad y los rascacielos que parecen fotogramas de una película de las que hemos visto cientos de veces embobados. Una de las calles más famosas es Montague Street que tiene cafeterías, bancos, pequeños restaurantes con encanto y donde se encuentra una de las tiendas de segunda mano y
gangas más conocida de Nueva York, la
Housing Works Thrift Store.
En la parte norte del barrio están las conocidas como "fruits streets" porque muchas calles llevan nombres como Cranberry St., Orange St. o Pineapple St. Algunas de sus casas datan del siglo XIX con fachadas características de tablones superpuestos y combinan la madera, el ladrillo visto o la arenisca
rojiza. Algunas lucen en sus fachadas, aún, las escaleras exteriores de incendios. Al Heights se accede facilmente por algunas líneas de metro, pero lo mejor es ir andando desde Manhattan atravesando el Puente de Brooklyn. A comienzos del siglo XIX fue la primera ciudad dormitorio de Estados Unidos y hace ya unas décadas, en 1966, fue el primer barrio de Nueva York es ser catalogado como distrito histórico. Suficientes motivos para que el viajero que visite la Gran Manzana se anime a salir de Manhattan y camine por Brooklyn Heights. Aquí, la bulliciosa y ruidosa metrópoli recobra la calma.