Casas blancas de una sola planta con puertas y ventanas enmarcadas en azul, amarillo o verde forman la pequeña aldea de pescadores de Cacela Velha (Puerta Vieja), al inicio de la ria de Formosa en el Algarve portugués. El pueblo está entre Vila Real de Santo Antonio y Tavira, en un promontorio sobre una tranquila playa. En la plaza, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. típica construcción portuguesa del siglo XII, una pequeña fortaleza del siglo XVII con un precioso mirador, dos restaurantes para acabar la recorrido con unas ostras, un pescado o un arroz y poco más....pero la visita merece la pena. A su playa, bajo el pueblo, se puede llegar también en barco o desde la cercana Manta Rota. Es una franja de arena fina que pertenece a la península de Cacela, con poca gente y donde se hace nudismo pese a que no está incluida oficialmente como playa naturista. Hasta hace muy poco era un pueblo prácticamente desconocido pero ya son muchos los turistas que van hasta allí a comer o de visita y hay incluso un aparcamiento para caravanas.
Tanto en la Casa da Igreja-en la plaza- como en Casa Velha, los dos restaurantes del pueblo, se come bien con buena relación calidad pecio, aunque es mejor el segundo que tiene además una agradable terraza para el buen tiempo. Los amantes de las ostras pueden pedir una docena por 13 euros. Hacen riquísimo el arroz de lingueirao (arroz de navajas), que recomiendo probar.
La fortaleza de Cacela sufrió serios daños durante el terremoto de 1755 pero fue reconstruida. El mirador que está junto a ella tiene unas vistas maravillosas. No hay hoteles en esta aldea de postal, ni pensiones, pero en la esquina de la calle de la entrada, sobre el promontorio y junto al cementerio hay una casa que tiene un cartel de "se alquila" (en la foto). Seguro que es una opción estupenda para pasar unos días de paz, disfrutando del mar y la gastronomía.
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