La capital de Zanzíbar ha cambiado poco en los últimos 200 años y Stone Town (la Ciudad de Piedra) está formada por callejuelas, bazares bulliciosos, mezquitas, y grandes casas arabes un poco venidas a menos pero cuyos propietarios compitieron hace muchísimos años para ver quién tenía la mejor o la más grande. La peculiaridad de estas viviendas son sus grandes puertas de madera talladas, auténticas obras de arte, que ves por todas partes, algunas con grandes clavos de bronce que los indios ponían en sus casas para protegerlas de los elefantes. Algunas tienen tallados versos del Corán o deseos de los propietarios: las palmeras significan prosperidad o los peces el ansia de tener una gran descendencia.
La mayoría de las casas que hoy siguen en pie se construyeron en el siglo XIX, cuando Zanzíbar era uno de los centros comerciales más importantes del Océano Índico. Hay que caminar y perderse por las calles de Stone Town y mezclarse con la gente que vive y trabaja allí y para tomar el pulso a la ciudad que tiene 51 mezquitas y seis templos hindúes y uno católico. Y hay que visitar el mercado, un lugar lleno de vida donde la gente lleva sus mercancías desde todos los rincones de la isla y también acuden a comprar cosas que no encuentran en sus aldeas. La subasta de pescado es alucinante igual que la selección de frutas enormes y de todo tipo. Hay que ir con ojo porque hay carteristas que aprovechan los descuidos de los turistas entusiasmados. También hay que ver la Catedral y la Casa de las Maravillas, construida por el sultán Bargash, que fue la primera en Zanzíbar en tener ascensor y luz eléctrica. Junto a ella hay una fortaleza árabe construida por los omaníes, rematada por almenas y que ahora tiene tiendas y un teatro al aire libre. Zanzíbar fue declarada en 2000 Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO por ser un importante centro de la cultura suajili, influenciada por árabes, persas, indios y europeos. Está situada en la costa occidntal de la isla de Unguja, la más grande del archipiélago de Zanzíbar, y fue centro de un próspero centro de comercio de especias y de esclavos. En 1964 fue centro de una revolución que acabó con el sultanato y dio origen a un gobierno socialista dirigido por el Partido Afro Shirazi. El nombre de Stone Town e viene de la piedra de coral que se utiliza para la construcción y que da a la ciudad un característico colos rojizo. Junto al Mercado Darajani hay una parada de taxis que allí se llaman Daladala que te llevan a las ciudades cercanas o al aeropuerto. Para viajes más largos están los autobuses, camiones adaptados a viaeros, que se llaman Mabasi.
Cada anochecer es impresionante ver caer la tarde en los Jardines Forodhani, un pequeño parque junto al malecón de Stone Town donde se instalan puestos de comida en los que se venden mariscos a la parrilla, samosas, yuca, batata, mandioca, plátano frito y otras exquisiteces locales. Hay que ir, eso sí, embadurnado de loción antimosquitos (la mejor Mosiguard) porque estos insectos atacan sin piedad al anochecer junto al mar y la comida. En Zanzíbar hay algunos restaurantes indios y locales estupendos y baratos. La cocina es exquisita. Hay que probar el boku boku, una carne cocida con jengibre, maiz, comino, tomate y chile; o un pulpo cocido en leche de coco con cardamomo, curry, canela, ajo y limón. Freedy Mercury, cantante de Queen, nació en Zanzibar después de que su padre viajara desde la India por conflictos con el gobierno británico. La casa donde nació y un Pub muy conocido que lleva su nombre, con fotos y recuerdos del artista, es uno de los lugares más visitados por los turistas , además de la mansión del Dr. Livingston.
La mayoría de las casas que hoy siguen en pie se construyeron en el siglo XIX, cuando Zanzíbar era uno de los centros comerciales más importantes del Océano Índico. Hay que caminar y perderse por las calles de Stone Town y mezclarse con la gente que vive y trabaja allí y para tomar el pulso a la ciudad que tiene 51 mezquitas y seis templos hindúes y uno católico. Y hay que visitar el mercado, un lugar lleno de vida donde la gente lleva sus mercancías desde todos los rincones de la isla y también acuden a comprar cosas que no encuentran en sus aldeas. La subasta de pescado es alucinante igual que la selección de frutas enormes y de todo tipo. Hay que ir con ojo porque hay carteristas que aprovechan los descuidos de los turistas entusiasmados. También hay que ver la Catedral y la Casa de las Maravillas, construida por el sultán Bargash, que fue la primera en Zanzíbar en tener ascensor y luz eléctrica. Junto a ella hay una fortaleza árabe construida por los omaníes, rematada por almenas y que ahora tiene tiendas y un teatro al aire libre. Zanzíbar fue declarada en 2000 Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO por ser un importante centro de la cultura suajili, influenciada por árabes, persas, indios y europeos. Está situada en la costa occidntal de la isla de Unguja, la más grande del archipiélago de Zanzíbar, y fue centro de un próspero centro de comercio de especias y de esclavos. En 1964 fue centro de una revolución que acabó con el sultanato y dio origen a un gobierno socialista dirigido por el Partido Afro Shirazi. El nombre de Stone Town e viene de la piedra de coral que se utiliza para la construcción y que da a la ciudad un característico colos rojizo. Junto al Mercado Darajani hay una parada de taxis que allí se llaman Daladala que te llevan a las ciudades cercanas o al aeropuerto. Para viajes más largos están los autobuses, camiones adaptados a viaeros, que se llaman Mabasi.
Cada anochecer es impresionante ver caer la tarde en los Jardines Forodhani, un pequeño parque junto al malecón de Stone Town donde se instalan puestos de comida en los que se venden mariscos a la parrilla, samosas, yuca, batata, mandioca, plátano frito y otras exquisiteces locales. Hay que ir, eso sí, embadurnado de loción antimosquitos (la mejor Mosiguard) porque estos insectos atacan sin piedad al anochecer junto al mar y la comida. En Zanzíbar hay algunos restaurantes indios y locales estupendos y baratos. La cocina es exquisita. Hay que probar el boku boku, una carne cocida con jengibre, maiz, comino, tomate y chile; o un pulpo cocido en leche de coco con cardamomo, curry, canela, ajo y limón. Freedy Mercury, cantante de Queen, nació en Zanzibar después de que su padre viajara desde la India por conflictos con el gobierno británico. La casa donde nació y un Pub muy conocido que lleva su nombre, con fotos y recuerdos del artista, es uno de los lugares más visitados por los turistas , además de la mansión del Dr. Livingston.
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