En Roma históricamente han sabido lo que es comer bien. Un menú se compone, por lo general, de unos antipasti (entrantes) que suelen incluir embutidos, ensaladas como la caprese con mozarella de búfala , algún frito y quizás algún queso; luego vienen los primeros platos compuestos de sopas, pasta o arroz y luego los segundos a elegir entre carne o pescado. Son montones las tratorias, enotecas, vinerias, osterias o restaurantes en los que se come estupendamente y seguro que cada viajero tendrá un recorrido y unos imprescindibles que recomendar. Ahí va el mío por sí sirve de alguna ayuda:
Casa Luzzi, una tratoria romana cercana al Coliseo maravillosa. Me la recomendó un amigo por su calidad y buen precio como imprescindible y tuve que darle la razón. Da de comer ininterrumpidamente de la mañana a la noche y aunque siempre esta atestada de gente no se tarda en conseguir mesa. La comida es casera, abundante y riquísima y el servio rápido, espontáneo y simpático. Que decir, todo está buenísimo. La mayor parte de los clientes son vecinos que viven o trabajan por los alrededores a pesar de estar cerca de un lugar tan turístico. Tiene una terraza con mesas fuera y el comedor interior es pequeño , con las mesas bastante juntas, y algo ruidoso pero aún así ofrecen una excelente comida casera. El precio medio para una comida de dos personas, vino incluido es de 24 o 30 euros. Esta en la calle San Giovanni in Laterano 8. Ideal para reponer fuerzas después de una intensa jornada de visitas.
Maccheroni, otra tratoria de esas donde comen los romanos, cerca de la Piazza Navona, del Panteón y de la iglesia de San Luis de los franceses-la de los Caravaggio-. Esta es una casa de comidas un poco más cuidada y tranquila. En la ciudad es un clásico entre los clásicos y una garantía del buen comer a buen precio. Para el buen tiempo tiene también una mas que agradable terraza y para los que busquen algo más de tranquilidad hay un comedor en el semisótano menos bullicioso que el que está a ras de calle. Entre la clientela se mezclan romanos, algún rostro famoso de la política o el espectáculo y turistas. Impresionante la Trofie al Tartufo Nero , una pasta gruesa con trufa espectacular, aunque también están buenas las especialidades locales como la pasta Cacio e Pepe o alla Amatriciana. Esta en la Piazza delle Coppelle, 44. Dos personas pueden comer por unos 45 euros.
Vineria Salumeria Roscioli, con más de mil sellos de vinos y delicatessen de todo el mundo entre las que no es difícil encontrar jamón de pata negra español o anchoas del Cantábrico, así como una variedad impresionante de aceites de oliva, quesos, conservas y embutidos italianos. Además, dentro justo detrás de la tienda Gourmet hay un restaurante exquisito que sirve excelentes platos italianos. Esta en la céntrica Vía del Giubbonari, 21, que sale del Campo dei Fiori , tiene un ambiente elegante y distinguido, una comida Gourmet y es absolutamente recomendable. No es barato, pero la relación calidad precio es excelente. No perderse la burratta di mozarella.
Fiaschetteria Beltramme, en la Vía de la Croce 39, junto a la Piazza de Spagna, con unos platos de pasta perfectos y una atención estupenda tanto de la dueña como de los camareros. Parece que antiguamente fue una tienda que se dedicaba a la venta de garrafas de vino pero lleva sirviendo comidas los suficientes años , en pleno centro de Roma, como para haberse merecido su buena reputación. Sus platos han alimentado a artistas, intelectuales y rostros conocidos de todo el mundo, dada la proximidad del local a la Vía Babuino y la Vía Condoti, los templos romanos de la moda. Sus paredes están llenas de dibujos de algunos de sus famosos clientes a lo largo de sus 150 años de vida como De Chirico, Passolini, Cavani o Moravia. El lema de la casa es simplicidad y calidad en los ingredientes y, por supuesto, lo consiguen.
De lo mas barato a lo más caro. Estas son sólo algunas de las miles de posibilidades de disfrutar de la comida romana. Desde las pequeñas tratorias del Trastevere hasta los restaurantes más "cool" del Testacio, pasando por los guisos de alcachofas a la judía del restaurante Sora Margarita en el Ghetto o por el aclamado cocinero de moda Antonello Collonna, todos consiguen el mismo fin: el placer de disfrutar una comida bien hecha.
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