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domingo, 9 de septiembre de 2012

El farinato de Ciudad Rodrigo, en Salamanca, de embutido de pobres a la nueva cocina

Manteca de cerdo, pan migado, pimentón, especias como anises y aguardiente son los ingredientes del farinato, un popular embutido de Ciudad Rodrigo (Salamanca) que de toda la vida servía para acompañar a los huevos fritos pero que últimamente la cocina de autor ha ido incorporando para arroces, pastas, croquetas o empanadas. Flan de farinato con salsa de tinta de calamar y tempura de trigueros o natillas de farinato en espuma son solo algunas de las sorpresas del recetario que ha editado la Diputación de Salamanca y que tiene como base este embutido que tiene más de 300 años. Su consumo iba destinado preferentemente a las gentes del campo de esta zona de Castilla que, a media mañana, cuando regresaban a su casa a tomar un tentenpié, consumían un producto económico y natural conseguido a través del aprovechar la grasa sobrante obtenida del cerdo y que era muy difícil dar para su comercialización. Por eso lo llamaban el chorizo del pobre pero en la actualidad su popularidad ha ido creciendo tanto por su calidad como por su precio y debido a estos dos condicionantes hoy en día son muchos los bares y mesones de Salamanca, que ofrecen a sus clientes una rodaja de pan y otra de farinato en los aperitivos que ponen conjuntamente con los vinos que se toman en ellos. Aunque el farinato sólo se ha conservado en ciertas comarcas de Salamanca, en las regiones vecinas de Portugal también goza de cierta popularidad y tradición. Allí se denomina farinheira y según cuentan su origen radica en la expulsión de los judíos de Castilla y León por los Reyes Católicos, que de este modo no comían carne de cerdo directamente, sino la manteca derretida.
También se conoció en algunas comarcas de Zamora, como la de Sayago, y en la montaña de León, donde antiguamente se elaboraba cierto chorizo especial con harina, pimentón y sal, denominado androjas. En Ciudad Rodrigo hay otras variantes como el farinato dulce, con miel, y otro que en lugar de manteca lleva aceite de oliva y que se elabora fuera de la época de la matanza. Ciudad Rodrigo es un bonito pueblo no solo por sus importantes monumentos como la catedral de Santa María o el Castillo de Enrique II Trastamara, sino que también destacan sus fiestas del Carnaval del Toro que poco tiene que ver con el de Cádiz  Tenerife y durante el que se celebran a diario capeas o encierros. En esta localidad se puede comer bien en los bares que hay en las calles que desembocan en la Plaza Mayor y, por supuesto hay que pedir el plato típico: huevos fritos con farinato. Hasta los vecinos de Ciudad Rodrigo son conocidos popularmente como "farinatos", dada la popularidad del embutido que, por cierto, se puede comprar por internet

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