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martes, 2 de septiembre de 2014

Comer en Nápoles, una experiencia más allá de la pizza

Además de pizzas, en Nápoles se pueden comer muchas otras cosas, desde los fritos, pasta preparada de de mil formas, especialidades de pulpo o todo tipo de pescado y carne con recetas gourmet tracicionales. Como en cualquier ciudad italiana, hay mil posibles sitios para comer en condiciones pero a mi me gustaron el Palazzo Petrucci, en un edificio histórico junto a la iglesia de San Domenico Maggiore; el ristorante La Scialuppa, en el Borgo Marinari; y Renzo e Luzía, con una espectacular vista de la ciudad y del Golfo ya que está situado en la colina del castello de Sant'Elmo.

La Scialuppa, en una preciosa marina a pocos pasos del Castel dell'Ovo ofrece desde 1860 recetas deliciosas de marisco, pasta y pescado. El entorno es espectacular en un lugar precioso junto al mar y un ambiente típico napolitano, con cantantes malos incluidos que tienen todo un repertorio de canciones populares que seguro que te sonarán y acabarás cantando con ellos. No es un restaurante de lujo pero sus platos son de calidad y se come bien en un sitio que si es un lujo. 


Renzo e Luzía, precioso restaurante con magníficas vistas de Nápoles, la bahía y el Vesubio. frente a la entrada del Castell Sant'Elmo (en la foto de arriba del post). Moderno, diseño y cocina fresca servida por unos camareros simpatiquísimos que intentan hablarte en español. Estupendo el pulpo, los friti y la tempura de camarón. Por la noche tienen además una zona de bar y música en vivo. Ubicado en un edificio centenario, su gran atractivo es sin duda su terraza llena de plantas y árboles, com mesas y sillas de mármol y hierro forjado. Sin duda es el restaurante con mejores vistas panorámicas de la ciudad. 

Ristorante Palazzo Petrucci, restaurante en el corazón del barrio antiguo con cocina elaborada con productos excelentes. Tiene una terraza en la plaza, junto a la iglesia de San Domenico Maggiore y otra en la azotea. Renuevan la cocina tradicional por lo que fueron premiados con una estrella Michelín en 2009. Está ubicado en unas antiguas caballerizas de un edificio del siglo XVI y tienen un menú degustación por 55 euros, aunque puedes comer una pizza o beber una copa de prosecco en la plaza de forma mucho más económica. Famosa la lasaña de gamba cruda y mozzarela, la pasta rellena de ricota o la sopa de cebolla con huevo escalfado. Cuentan además con una carta con los mejores vinos italianos.


Son solo unas opciones, pero siempre hay que probar en la visita a Nápoles las pizzas de Di Mateo, De Michele o Sorbillo. Locales minimalistas y muy muy baratos.



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