De sus paredes cuelga un ejemplar original de 1911 que se titula «apuntes históricos de la calle Génova de Sevilla» del cronista oficial de la ciudad Manuel Chaves Rey (padre de Manuel Chaves Nogales) y otros recuerdos de la antigua calle que se llamó, hacia el año 1200, Génova, y después Cánovas del Castillo, luego Avenida de José Antonio y que en la actualidad es la Avenida de la Constitución de Sevilla. Enfrente de la Catedral y rodeado de historia, es más que un bar para turistas y no pretende ser otro gastrobar más: "no queremos competir con lo que no somos", aseguran sus propietarios. Simplemente quiere ser un lugar de encuentro para sevillanos y foráneos, desde la mañana hasta la noche, donde poder desayunar unos enormes y nutritivos zumos, cenar y comer desde un surtido de sushi, ensaladas, pasta; unas ricas mini hamburguesas cien por cien de ternera con cebolla caramelizada, queso de cabra y mayonesa de mostaza o sandwiches. Pero tampoco falta la tradicional tapa tan característica de la capital hispalense con calidad y sabor, como el bacalao confitado con salteado de verduras, el riquísimo chipirón a la plancha con alioli de tinta de calamar-mi plato preferido de los que probé aunque era la tapa del día, no fijo en la carta-, el risotto, el magret de pato con mermelada de frambuesa y compota de manzana o la carrillera ibérica. Es el café bar Génova, abierto en los primeros días de diciembre de 2012, a pocos pasos de Plaza Nueva, la FNAC, la Catedral o el Barrio de Santa Cruz. Quieren abrirse a los sevillanos y en su apuesta por ello los camareros hacen cursos de coctelería para aprender a preparar los mejores gin tonic y coctéles de la ciudad y los cuatro socios propietarios del local bucean en las redes sociales y en las fórmulas que les hagan distinguirse del resto. Los dueños son Antonio Manuel López, Gonzalo Soto García-Junco y los hermanos Jesús y Sebastián Armesto de la Lama, que eran auténticos neofitos en el mundo de la restauración (provenían del sector de la Construcción), pero entusiastas del mundo en el que acaban de aterrizar y del negocio que han montado. Empezaron enamorándose del local que antes ocupó un Café de Indias y una franquicia de Rodilla, para acabar contratando a un experimentado cocinero sevillano y a otro filipino iniciado en el entorno de la Alameda de Hércules, y a unos camareros profesionales y amables que ofrecen un estupendo servicio. Hay incluso menús por 9,5 euros. En este marco se ha celebrado una nueva edición de
Cafe Bar de la Antigua Calle Génova
Avda. de la Constitución, 10, local bajo 1
41001 Sevilla
No hay comentarios:
Publicar un comentario