La plaza Jmaa el Fna de Marrakech es la más famosa de Africa, todo un muestrario de la vida y la cultura de Marruecos, y un monumento de realidad declarado patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Es un amplio espacio en el corazón de la Medina y su nombre significa "Plaza de la Muerte" porque probablemente ajusticiaban en ella infieles y delincuentes en otros tiempos. No tiene ningún monumento destacable pero su gran atractivo es el ir y venir de sus gentes. Durante el día, encuentras un ambiente más pausado.
Puedes disfrutar de la plaza, con la impresionante estampa de la Koutoubia al Oeste. Puerta de entrada al zoco, la plaza está rodeada por puestos de zumo de naranja, que son bien hallados cuando el calor aprieta. Por la mañana venden fruta, agua dátiles, pero cuando más interesante se pone la plaza es por la tarde cuando se reúnen en ella domadores de monos, adivinadoras de la suerte protegiéndose bajo sus sombrillas, arrancadores de dientes, estrambóticos encantadores de serpientes, malabaristas, trapecistas, mujeres tatuando con henna y artistas callejeros: danzas tradicionales, músicos populares, narradores de cuentos, sanadores y otros charlatanes que prometen curaciones milagrosas hasta para la infertilidad y la impotencia utilizando raices misteriosas, huevos de avestruz, incienso y versículos del Corán, aguadores con trajes típicos...todo un placer para los ojos de los turistas y de los fotógrafos que ven allí el paraiso. Pero cuidado, porque a menudo intentarán sacarte dinero por hacerles una foto así que lo mejor es pactar el precio para evitar malos rollos. Llegando la noche la plaza se anima aún más con la llegada ruidosa de incontables carros ambulantes que invaden el espacio, proponiendo comidas típicas muy baratas, llenas de sabor y color: sopas, couscous caliente, cabezas de cordero asadas, ensaladas, buñuelos... todo listo para degustar en mesas dispuestas ahí mismo.
Avanzada la noche, la atmósfera está totalmente invadida por el humo de las parrilladas y la gente llega hasta la plaza como atraida por un gran imán. Es el momento de subir a las terrazas del café de Francia o el Argana o a algun otro de los que rodean la plaza, tomar un té o algo de comer y observar desde lo alto como pasa la vida. Es un espectáculo en si mismo que nunca te aburre o te deja indiferente. Alfred Hitchcock rodó en Jamaa el Fna escenas de la película El hombre que sabía demasiado. La Plaza de Jemaa el Fna es un eterno rincón de bullicio, olores, sabores y gentes, centro social de Marrakech es un lugar que cautiva desde el primer instante. La pódeis cruzar con todos los sentidos, la mirada, el gusto, el tacto…Desde esta plaza parten todas las callejuelas que conforman la medina y que hay que recorrer. La plaza es completamente peatonal y está rodeada de mezquitas. No hay que perderse cualquiera de las cinco llamadas a la oración que se hacen al día desde alli. Es el momento en el que los músicos dejan de tocar y parece que todo cambia. En Marrakech se encuentra la esencia milenaria del Imperio Almorávide y los mejores puntos de interés de Marruecos…. El olor embriagador de Marrakech se te mete en las entrañas nada más llegar y vives con él durante toda tu estancia.
Puedes disfrutar de la plaza, con la impresionante estampa de la Koutoubia al Oeste. Puerta de entrada al zoco, la plaza está rodeada por puestos de zumo de naranja, que son bien hallados cuando el calor aprieta. Por la mañana venden fruta, agua dátiles, pero cuando más interesante se pone la plaza es por la tarde cuando se reúnen en ella domadores de monos, adivinadoras de la suerte protegiéndose bajo sus sombrillas, arrancadores de dientes, estrambóticos encantadores de serpientes, malabaristas, trapecistas, mujeres tatuando con henna y artistas callejeros: danzas tradicionales, músicos populares, narradores de cuentos, sanadores y otros charlatanes que prometen curaciones milagrosas hasta para la infertilidad y la impotencia utilizando raices misteriosas, huevos de avestruz, incienso y versículos del Corán, aguadores con trajes típicos...todo un placer para los ojos de los turistas y de los fotógrafos que ven allí el paraiso. Pero cuidado, porque a menudo intentarán sacarte dinero por hacerles una foto así que lo mejor es pactar el precio para evitar malos rollos. Llegando la noche la plaza se anima aún más con la llegada ruidosa de incontables carros ambulantes que invaden el espacio, proponiendo comidas típicas muy baratas, llenas de sabor y color: sopas, couscous caliente, cabezas de cordero asadas, ensaladas, buñuelos... todo listo para degustar en mesas dispuestas ahí mismo.
Avanzada la noche, la atmósfera está totalmente invadida por el humo de las parrilladas y la gente llega hasta la plaza como atraida por un gran imán. Es el momento de subir a las terrazas del café de Francia o el Argana o a algun otro de los que rodean la plaza, tomar un té o algo de comer y observar desde lo alto como pasa la vida. Es un espectáculo en si mismo que nunca te aburre o te deja indiferente. Alfred Hitchcock rodó en Jamaa el Fna escenas de la película El hombre que sabía demasiado. La Plaza de Jemaa el Fna es un eterno rincón de bullicio, olores, sabores y gentes, centro social de Marrakech es un lugar que cautiva desde el primer instante. La pódeis cruzar con todos los sentidos, la mirada, el gusto, el tacto…Desde esta plaza parten todas las callejuelas que conforman la medina y que hay que recorrer. La plaza es completamente peatonal y está rodeada de mezquitas. No hay que perderse cualquiera de las cinco llamadas a la oración que se hacen al día desde alli. Es el momento en el que los músicos dejan de tocar y parece que todo cambia. En Marrakech se encuentra la esencia milenaria del Imperio Almorávide y los mejores puntos de interés de Marruecos…. El olor embriagador de Marrakech se te mete en las entrañas nada más llegar y vives con él durante toda tu estancia.
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