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miércoles, 15 de junio de 2011

Puestas de sol, casas blancas y cúpulas azules en la isla griega de Santorini

La capital de la isla de Santorini, Fira, está agarrada en el cráter de un volcán, colgada a unos 300 metros sobre el nivel del mar. Cuando llegas en barco, desde el puerto puedes subir por una tortuosa escalera, en un burro alquilado o en un moderno funicular. Una vez arriba es un placer pasear por sus pintorescas calles, llenas de casas blancas, tiendas, cafés y restaurantes. Pero el mayor placer está en sus puestas de sol. La gente de la isla, día tras día, se desplaza a esa hora mágica hasta Oía (Ia). Todos expectantes y muchos en silencio mientras suena la música chill out de alguna cafetería próxima.  Hay que llegar con tiempo y elegir un lugar para esperar ese momento entre las intricadas callejuelas del pueblo o bien desde la pequeña fortaleza que se encuentra en el extremo. Oía está situada  a solo 11 kilómetros de Fira, sobre el acantilado, a unos 150 metros sobre el mar, ofreciendo vistas al volcán y a la isla de Thirassia. Sus calles son peatonales y llenas de bares y tiendas de artesanía. También encontraremos las típicas iglesias con cúpulas azules, y prácticamente desde cualquier calle se puede observar la puesta de sol que es una de las más famosas del mundo. La imagen de Ía es la más reproducida en las postales y libros de Grecia,por encima de la Acrópolis. Su arquitectura única mezcla las kapetanea (casas de los capitanes de la época veneciana) con las yposkafa, las pequeñas viviendas excavadas en la ladera, en las que vivía el resto de la población.
Existe una teoría, según la cual, en Santorini pudo encontrarse la perdida Atlántida. Existen numerosos científicos que así lo afirman. A los griegos al menos así les gusta creerlo. Santorini dispone de muchas calas recónditas y playas de arena negra o roja y agua de azul intenso. Quizás la playa más conocida de Santorini por su cercanía a Fira y su ambiente familiar, sea la playa de Kamari, de arena negra, situada al este de la isla. Es la única que ostenta la bandera azul de la Unión Europea. La isla no tiene ninguna fuente natural del agua, así que el agua llega a la isla vía petrolero de Creta.  
Santorini, la joya de las Cycladas, es absolutamente diferente a cualquier isla del Egeo. Su configuración geológica le da esa belleza salvaje y única. La isla toma su forma actual al hundirse la caldera del enorme volcán. En realidad, el nombre de Santorini no hace referencia a una isla, sino a un archipiélago. Este conjunto de islas nació de una enorme explosión volcánica, que destrozó literalmente la antigua isla de Thera. En las fotos aéreas se puede apreciar como las islas forman un círculo en torno a lo que fue la caldera.  Santorini se distingue también por sus tierras fértiles con valles cultivados de viñas, pistachos y sus dulces tomates.

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