Etiquetas

domingo, 30 de octubre de 2011

Las raíces celtibéricas del Castillo de Turégano, en Segovia

El Castillo de la localidad segoviana de Turégano tiene raices celtibéricas, aún se conservan las torres del antiguo "castrum" romano, del que aún quedan en pie algunas murallas alrededor del antiguo y desaparecido foso de la fortaleza. Su ciudadela perduró tras la invasión de los árabes. Junto con las Fortalezas de Pedraza, Cuéllar, Coca y Sepúlveda, la de Turégano es una de las fortalezas más antiguas de La Carpetania. Después se construyó sobre dicho "castrum" un granero, y sobre éste, la posterior Iglesia de San Miguel, una de las cuatro con las que llegó a contar Turégano, que se encuentra integrada en la edificación,  y en la que aún se celebran cultos religiosos y se conserva la imagen del Cristo del Humilladero.  En este castillo estuvo preso Antonio Pérez, secretario de Felipe II, a finales del sglo XVI.
Fue declarado conjunto histórico artístico en 1931. Este municipio tiene además una Plaza Mayor porticada cuyos soportales estan formados por filas de columnas de madera y piedra que cargan en zapatas y pilares de piedra. Desde hace muchos años esta plaza se convierte en coso taurino en las fiestas de la Villa. Se construye en agosto de cada año una plaza rectangular de madera que se llena de arena para celebrar los festejos taurinos. Son los famosos "tablaos" que forman las barreras para los toreros y las gradas para el público. La Plaza Mayor también es cobijo de las orquestas que van al pueblo  a tocar, del mercadillo de los sábados y en general de cualquier evento importante que se haga en la villa. Y como en toda la provincia de Segovia, en Turégano son famosos sus asados, sobresaliendo el cordero, elaborado en tradicionales hornos de leña, entre los que hay algunos que cuentan con más de un siglo de historia. El otro plato característico es el bacalao al ajo arriero, plato típico que antiguamente se degustaba en la Feria de San Andrés. Y entre los dulces, los periquillos, las tortas de chicharrones y las rosquillas fritas. El pueblo se encuentra a 37 kilómetros de Segovia, a 20 de las Hoces del Duratón o a 28 de Pedraza, por lo que está bien situado para visitar otros sitios de interés de la provincia segoviana.

viernes, 28 de octubre de 2011

Taberna Salinas, un lugar de referencia gastronómica en Córdoba

No se debe ir a Córdoba sin visitar la Taberna Salinas, tan cerca de La Corredera, tan especial y tan cordobesa hasta en el recoveco de sus puertas. Hasta cuando está cerrada, tiene Taberna Salinas ese aspecto sobrio de las casas de siempre y , además de su aspecto literario, puedes valorar su hospitalidad y sin duda su gastronomía. La ensalada de naranja, cebolleta y bacalao, su salmorejo, las berenjenas fritas y los flamenquines, los garbanzos con espinacas, los boquerones rebozados hacen las delicias de los clientes porque tienen ese toque tradicional, como de cocina de la abuela. Fotos de Manolete, réplicas de Julio Romero y sillas de olivo y enea, así como el olor inconfundible a fino Moriles tomando cuerpo en las botas de madera francesa, son características de esta taberna que fue fundada tal y como hoy se conserva en 1924, aunque en el mismo edificio había un despacho de vinos desde 1879. Su dueño Manuel Jiménez, al frente del negocio desde hace 25 años, se ha preocupado mucho de mantener la decoración que lució esta casa en el siglo pasado para mantener su ambiente tradicional . Otro elemento fundamental de la taberna es el vino . Junto al de la tierra, para quien lo prefiera, hay escogidas opciones a los tintos.
Por alli han pasado Pio Baroja, Ortega y Gasset, Camilo José Cela, Ava Gadner-a la que le encantaba la ensalada de naranja, según cuentan-, además de políticos, toreros, artistas...gente variopinta, aunque los fines de semana tiene un ambiente más familiar y, debido a su fama, también recibe la visita de muchos turistas. En su barra de madera se puede esperar hasta conseguir mesa o simplemente tomar una cerveza con algo de picar sentado en su gran ventanal. La distribución de los comedores es a modo de casa antigua con una especie de patio cordobés techado y mesitas semejantes a las maquinas de coser que usaban nuestras abuelas . Comer en uno de sus salones es como comer en casa, son acogedores y tranquilos. Y aunque la Taberna salinas es un clásico en la ciudad, en Córdoba hay pocos planes tan apetecibles como ir de tapas por alguna de sus innumerables tabernas. Algunas de ellas tienen más fama que otras y es justo reconocer que se lo han ganado con su esfuerzo diario desde hace muchísimos años. Existen tabernas por casi todos los barrios y no hay que limitarse a la zona de la Judería, lo mejor es preguntar por donde te encuentres y seguro que te indican alguna estupenda. En Córdoba, al igual que en la vieja Pompeya, florecieron estos lugares donde se vendía vino al por menor y donde se alimentaba la sabiduría sorbo a sorbo. Allí y aquí, en los sitios más impertérritos y de mayor tránsito, en las encrucijadas de las calles, detrás de una misteriosa cortina, se descubría la taberna y su tabernero, un limpio mostrador de mármol y de madera, y unas estanterías que a modo de repisas cosechaban recuerdos y coleccionaban vasos y botellas de diferentes tamaños. En 1721, según recoge el libro "Córdoba monumental artística e histórica"  existían en Córdoba, 142 tabernas, además de las casas de los dueños de lagares y otros rincones disfrazados, donde se vendía vino. El número de tabernas siguió aumentando y en el 1875 había censadas en la ciudad 174 abiertas al público.

C/ Tundidores, 3 14002 Córdoba
Tlf.: 957 – 48 01 35
Web: http://www.tabernasalinas.com/

viernes, 21 de octubre de 2011

Gastronomía serrana en "La Mesa Segureña", en el encantador municipio jiennense de Segura de la Sierra

Las chuletas de cordero segureño, las croquetas caseras, el lomo de orza, el plato serrano con huevos, pimientos y embutidos de la zona son algunas de las razones para comer en el restaurante "La Mesa Segureña", en el municipio jiennense de Segura de la Sierra, pero lo mejor son las magníficas vistas del Yelmo y del Valle del Guadalimar, en pleno Parque de Cazorla, Segura y las Villas. Los platos son abundantes , con ingredientes tradicionales y de calidad y con toques creativos. Y lo mejor, los postres. "La Mesa Segureña" tiene además una serie de alojamientos rurales perfectamente acondicionados y decorados: colores muy cálidos, mobiliario cuidado, equipamiento completo, calefacción, chimenea (la leña es gratis) y magníficas vistas a la sierra. Un buen lugar para visitar Segura de la Sierra, un encantador municipio cuna del poeta Jorge Manrique, con un castillo de origen mudéjar que conserva las torres cuadrangulares y la torre del Homenaje; el ayuntamiento con una bella portada plateresca; la Fuente Imperial de Carlos III de estilo plateresco que mantiene el escudo del monarca y unos baños árabes unicos en la provincia. Pero conocer Segura de la Sierra implica también adentrarse en su extenso término municipal, disfrutar la naturaleza en estado salvaje, conversar con las gentes de sus mas de 80 núcleos de población y viajar por sus caminos. Segura está a 174 kilómetros de Jaén y a 100 de Übeda y fue declarada en 1972 conjunto histórico-artístico. Son famosas en la zona las corridas de toros durante las fiestas de la Virgen del Rosario, su patrona, en el mes de octubre y las competiciones de bolos serranos. Desde Segura de la Sierra se puede ir a Hornos, también declarado conjunto histórico-artístico debido a su gran belleza. Desde el mirador del Ayuntamiento de Hornos  se pueden ver paísajes impresionantes y el pantano del Tranco en todo su esplendor. Y desde allí hay que seguir hasta Beas de Segura.
Durante las excursiones por la sierra hay que probar los andrajos, un plato típico y exquisito, que debe su nombre a la particular forma de partir las tortas de harina a jirones -en algunos lugares los llaman jarapos o harapos-, así como otras recetas de la gastronomía serrana, hecha con el magnífico el  aceite de oliva, que se produce allí con denominación de origen y con una calidad extrema. El aceite sirve pasra preparar la  carne de monte en temporada de caza, como la de  jabalí, perdiz o  liebre, la carne de  oveja segureña, una oveja característica de la Sierra de Segura, y  los productos  hortícolas, así como las  setas y  níscalos, o "Guízcanos" como se les llama en la zona, además de los  espárragos que crecen en abundancia en la Sierra, si el tiempo lo permite. En la zona se preparan muchos licores a base de productos naturales como las moras o los endrinos, base para hacer pacharan, además tenemos bebidas típicas como la Mistela o el fuerte aguardiente carrasqueño.
La Mesa Segureña. Postigo, 2 · Tlfno. y Fax 953 482 101 · 23379 Segura de la Sierra · Jaén · España

viernes, 7 de octubre de 2011

Barranco Oscuro, al sur de Granada, un gran vino de altura

La zona de la Contraviesa-Alpujarra de Granada es desde hace unos años una zona vitivinícola en expansión que comercializa vinos muy apreciados dentro y fuera de Andalucía. Son probablemente las viñas más altas de España e incluso de Europa. Hay una bodega, la del Barranco Oscuro, en la que todos los viñedos se cultivan de forma natural, no se utilizan herbicidas, plaguicidas ni abonos sintéticos. El Cortijo Barranco Oscuro se encuentra en la Sierra de la Contraviesa, en plena Alpujarra granadina,entre Cádiar, Murtas y Albondón, muy cerca de la provincia de Almería, a 100 kilómetros de la ciudad de Granada y 90 de Almería capital. La etapa actual de la Bodega Barranco Oscuro se inició en 1980. Manuel Valenzuela, tras comprar una parte del cortijo (casa y tierras), hizo las primeras plantaciones. De las 15 hectáreas que había adquirido, casi la totalidad eran de almendros y el resto llevaban mucho tiempo sin ser cultivadas. Reuniones con enólogos, visitas a bodegas francesas y un espíritu emprendedor hicieron que en pocos años Valenzuela hiciera una revolución vitivinícola en La Alpujarra. El empresario rescató del olvido la variedad vigiriega, autóctona de la Alpujarra y que solo se encuentra en las Islas Canarias. Manuel Valenzuela, su hijo Lorenzo y su nuera distribuyen su producción a través de la comercializadora Vinos Auténticos. Dentro de los tintos de esta Bodega se puede disfrutar del Tempranillo y Mas, con uva tempranillo, garnacha y syrah; el Borgoñón granate, de pinot noir o el buque insignia de la casa: el Barranco Oscuro 1368, con garnacha, cavernet sauvignon y cabernet franc.
Hasta que esas viñas empezaron a producir la bodega elaboró un vino al estilo de la zona, clarete, a partir de uva comprada de distintas variedades blancas y tintas. A mediados de los ochenta las nuevas plantaciones ya daban sus frutos, se dejó de hacer vino de la zona,  y los varietales de garnacha o vigiriega centraron la producción, llegando el primero a ganarse los elogios de los catadores apareciendo en numerosas publicaciones y guias. Pero además, en 2009 tras varios años de ensayo Manuel Valenzuela logró otro hito histórico elaborando el primer brut nature o vino espumoso de la zona, de forma totalmente artesanal y a partir de la uva autóctona vigiriega.
También en Granada, pero en la zona norte de Sierra Nevada, en Cortes y Graena, destaca otra bodega: Muñana, cuyos viñedos de las variedades Tempranillo, Monastrell, Cabernet Sauvignon, Syrah y Merlot, son sometidos a cuidados constantes que impiden el más mínimo deterioro del fruto y se alimentan del agua del deshielo de Sierra Nevada.

El payoyo de Cádiz, probablemente uno de los mejores quesos de España

En un pueblecito de Cádiz cercano a Grazaema, Villaluenga del Rosario, se hace uno de los mejores quesos de España: el payoyo, procedente de las cabras payoyas que es una raza que vive en las montañas que rodean el municipio que son agrestes. Según los entendidos si hay un año en el que llueve más, como las cabras comerán más pasto verde el queso resultará más suave que en un año de sequía en el que será más acido. El payoyo es un queso muy natural que lleva como aditivos pimentón, romero y salvado de trigo y madurado en manteca de cerdo ibérico hasta su curación, muy difícil de encontar en tiendas puesto que solo se producen unas 700 toneladas al año. Tiene un sabor agradable y fuerte, con un olor intenso, y es algo único en esta zona de Andalucía, donde se utilizan métodos ancestrales heredados de padres a hijos como verter la cuajada en el molde a mano u obtener el cuajo natural de la cría de la cabra sin destetar. El proceso de elaboración realmente es el habitual, aunque es digno de destacar que en todo se produce de forma artesanal.
En Villaluenga mucha gente sabe hacer queso, y claro, la tradición es tan ancestral que no se recuerda historia reciente del pueblo sin cabras. El pueblo posee un museo del queso payoyo que se puede visitar todo el año y, según los expertos, los quesos curados payoyo de Jorge Puerto (Quesos El Gazul) de Alcalá de los Gazules (Cádiz) son de los mejores quesos de la zona, aunque también hay que probar El Bosqueño, más comedido en su curación. La produccción de queso payoyo es relativamente reciente porque se inicia en 1997, suelen esar unos 2 kilos y cuestas unos 42 euros. Tiene varios premios, nacionales e internacionales, entre ellos la medalla de Oro que ha recibido en Dublín, en el World Cheese Award. Vale la pena probarlo con un buen vino y si es posible de la tierra, como un Barbazul o algún tinto de la Serranía de Ronda. El éxito de los quesos payoyos y la gran calidad de sus quesos es algo que, desde hace años, pocos discuten. Ese mismo éxito está acompañando a esta empresa en su reto de posicionarse en los mejores restaurantes del país. Hasta el bar de tapas que el prestigioso cocinero Ferrá Adriá ha abierto en Barcelona, Tickets, ofrece en su carta raviolis líquidos con queso payoyo. Una periodista especializada en gastronomía del San Francisco Chronicle, un periódico estadounidense, dice que es equilibrado y completo con un saborque invita a otro bocado. La quesería de Villaluenga cuenta ya con una pequeña distribución en la zona y se vende habitualmente en algunos establecimientos selectos de Nueva York.

jueves, 6 de octubre de 2011

Puratasca: tapas reinventadas con sabor de Sevilla

Puratasca, en la calle Numancia de Triana, en Sevilla, ha comenzado este otoño nueva andadura con nuevos platos, nuevos vinos y algo muy importante: por primera vez admiten reservas. En su carta, el arroz meloso, las piruletas de chorizo, la ensaladilla, el tartar de salmón o la presa con cous cous de siempre se mezclan con nuevas opciones como las navajas a la plancha con vinagreta templada de tomate y albahaca, el ceviche de corvina salvaje y aguacate o el steak tartar cortado a cuchillo y macerado al momento delante del cliente, así como el chopsuey de rape y el air-bag de jamón lazo. Platos originales y estupendos desde el principio, en constante cambio por los productos de temporada, acompañados por el exquisito pan de Masa Bambini y unos postres surtidos estupendos. Lo peor en los últimos tiempos era que la atención al cliente se había degradado para los que les conocimos desde el principio y que la fama del boca a boca había masificado de tal forma el local que ya era imposible desplazarse hasta allí y conseguir cenar a partir de las 9 de la noche, así que sin contemplaciones te decían que ya no podían atenderte y tenías que buscar otro sitio después de haber llegado hasta allí, un lugar lejano a cualquier circuito de bares o restaurantes. Pero desde octubre de 2011 existe la reserva Puratasca, por 30 euros todo incluido menos la bebida,  se podrá hacer por teléfono en el número 954330680 para un mínimo de una persona hasta un máximo de 8. La reserva Puratasca tiene en cuenta a la hora de la toma de los datos si existe algún tipo de intolerancia alimentica o alergia a algún ingrediente  por parte de los comensales y sus preferencias. Puratasca pone la comida  y cada uno elige la bebida (desde una vermouth del Aljarafe a una copita de champagne) así como los vinos que cada cual prefiera que pueden ser por copas y que cambian constantemente. El bar es pequeño y lo que gustaba al principio era su originalidad: la apuesta de una gente que había renunciado al diseño grandielocuente de un local y a ocupar un especio en el centro de la ciudad para ofrecer "su cocina", una oferta culinaria diferente. Ojala que mantengan su idea original. Puratasca es ahora uno de los bares más conocidos de Triana. El bar ha sido modernizado, ambientado en los años setenta y tiene la cocina vista. Su éxito radica en la creatividad de su cocina: la mezcla entre lo tradicional y lo vanguardista. Los horarios son de martes a sábados de 13 a 16:30 y de 20:30 a 24:00 horas.


Puratasca. Telf. 954330680  Numancia, 5 CP 41010. Sevilla

domingo, 2 de octubre de 2011

Los misterios de Bretaña: de Dinán a la Costa de Granito Rosa

Un ambiente de misterio y leyenda se respira en cada uno de los rincones de la Bretaña Francesa, quizá por la influencia de su herencia celta. Así, los menhires, los dólmenes, ermitas y cruceros se convertirán en los compañeros de viaje de aquellos visitantes que quieran adentrarse en sus hermosos pueblecitos o contemplar su paisaje teñido por el verde de las montañas y el azul intenso del mar. La Bretaña es una región del noroeste de Francia, cuya capital es Rennes. Es una zona que cuenta con una población superior a los 3 millones de habitantes, y es, además, una de las regiones más importantes e históricas de Francia. Y Dinan es la ciudad medieval mejor conservada de la región. El nombre de Dinan es el resultado de la contracción de dos palabras celtas "Dunos" y "Ahba": la colina de Ahna, dios de los vivos y de los muertos.  Su origen data del año 850, cuando Nominoe, primer rey bretón, al pie de una colina y a orillas del río Rance, instaló a unos monjes.
Dinan ofrece todo su encanto en las empedradas callejuelas del casco antiguo, con sus casas del siglo XVII, sus tiendas, sus locales de cerveza con mesas de madera en la calle, etc. Estas calles se andan pronto y para rematar la visita, hay que llegar a la plazoleta donde comienza la calle Jerzual que hay que descender en una prolongada pendiente hasta el puerto. En ella se congregan numerosas tiendas de artesanos de todo tipo: vestidos, manteles, loza, escultura, pintura, cuero o joyas. Continuamente se encuentra un motivo que obliga a parar para hacer una foto. Las fachadas son una exhibición constante de belleza que nos retrotrae a otra época y el último tramo de la calle está repleto de alegres restaurantes hasta desembocar en el puerto con sus embarcaciones de recreo y una espléndida vista del viaducto. No cuesta nada ponerse en situación y trasladarse a la Edad Media, cuando los comerciantes -cada calle del centro lleva el nombre de un tipo de negocio: el de la Lainneire (lana), Poissonnerie (pescadería), Cordonneerie (zapatería), Merciers (mercería)...- ofrecían sus servicios en la planta alta, adonde llegaban los productos gracias a una polea.
Cobijo medieval de corsarios, vividores y nobles, la Bretaña francesa esconde fábulas como la del rey Arturo y su Tabla Redonda o la del mago Merlín, que quedó apresado entre sus bosques. Desde Dinán y siguiendo la ruta de la Alta Bretaña, no hay que dejar de visitar la Costa de Granito Rosa, un pedazo del litoral atlántico salpicado de gigantescas rocas de formas extrañas (diablos, bruja, sombreros...) y tonos rosados (de ahí el nombre) por la mezcla de cuarzo, feldespato y mica. El paisaje ventoso, con sus faros,  cambia su fisionomía en verano, convirtiéndose en refugio estival para urbanitas acomodados y amantes del buen yantar y las playas. Como la de Ploumanac'h, donde descansa un castillo en el que, dicen, se gestó la novela Quo Vadis, que después inspiraría la película. Situada entre Trébeurden y Perros-Guirec, la Costa de Granito Rosa extiende sus paisajes marítimos a lo largo de unos quince kilómetros, ofreciendo así un espectáculo de un color único con lugares graníticos excepcionales y protegidos. Una formación de roca granítica cargada de óxido de hierro que aflora en el interior en magníficas minas a cielo abierto de donde sale un granito rosado con minúsculas pintitas negras que han decorado los mas finos muebles de la Belle Epoque, palacios y escalinatas de recónditas cortes y miles de encimeras en cocinas de todo el planeta. Todo salido de este pequeño rincón francés cercano a Perros-Guirec. Un paisaje tremendamente celta que recuerda mundos paralelos: Escocia, Irlanda, Galicia. Y desperdigadas, siempre mirando al mar, algunas casitas de ensueño.



Chocolatería San Ginés: de Madrid a Tokio

Es verdad que siempre está repleta de turistas, que es dificilísimo encontrar un sitio, que a veces hay que abrirse paso a codazos o que algunos días los churros y el chocolate no están todo lo bien que deberían... Pero es San Ginés., la chocolatería más antigua de Madrid, que ha visto amanecer a generaciones de madrileños y foráneos que han acabado sus noches allí, antes de recogerse en sus casas. Además en este local hemos tomado chocolote con churros infinidad de madrileños la primera vez que teníamos permiso de nuestros padres para salir en Nochevieja. Fundada en el siglo XIX, este emblemático lugar que se encuentra entre Sol y la Plaza Mayor, sirve chocolates, churros, porras, bizcochos, zumos de naranja y cafés prácticamente todo el día y toda la noche. Únicamente cierra durante dos horas y media, entre las 07.00 y las 09.30 de la mañana. El público y el ambiente es muy variado, todo depende de la hora. Por el día siempre hay turistas y oficinistas, por la noche jóvenes y adultos y por la madrugada noctámbulos y todo aquel que quiera seguir la fiesta y el único lugar abierto que encuentra es la Chocolatería San Ginés. Se fundó en el año 1894, por lo que ya es uno de los locales centenarios de la ciudad. Desde el principio se convirtió en uno de los lugares más populares de Madrid para degustar un  típico chocolate con churros.Además, por encontrarse junto al Teatro Eslava, ahora reconvertido a la discoteca Joy Eslava, pronto fue ganando fama por ser un lugar de cita para noctámbulos. El precio del chocolate con churros en la Chocolatería de San Ginés es de 3,50 euros (2011), tanto en barra como en la mesa, similar al precio que has de pagar en las cafeterías de los alrededores. El pasadizo  de San Ginés, junto a la iglesia del mismo nombre, era el lugar ideal para “choques de espadas” con los que lavar la honra y fue el escenario que utilizó Valle-Inclán para provocar el encarcelamiento de Max Estrella, allá por 1920 en sus “Luces de Bohemia”, lo que convierte el local en parada obligatoria en la ruta 'Las noches de Max Estrella' que desde hace unos años recorre el Madrid valleinclanesco. El local también aparece en alguna novela de la saga del capitán Alatriste, de Pérez Reverte.
Desde 2010, hay además una Chocolatería San Ginés en Tokio, en pleno Center Gai, la zona de compras, ocio y nocturnidad del joven y moderno barrio de Shibuya. La chocolatería se encuentra muy cerca de Spain Zaka (Cuesta de España), calle que debe su nombre a un antiguo café cuyo escaparate de "inspiración hispana" cautivó a clientes y tenderos de la zona. "Chocolatería San Ginés. En Madrid desde 1894", reza el letrero a la entrada. Los que llevan el local estuvieron tres meses en Madrid aprendiendo que los churros son crujientes por fuera y nada grasientos. Lo único diferente es el horario, el local de Tokio abre de 11 de la mañana a 10 de la noche, así que los noctámbulos nipones tendrán que buscar otro lugar.

Chocolatería San Ginés
+34 913 65 65 46