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lunes, 24 de diciembre de 2012

Vejer de la Frontera, entre molinos de viento, casas blancas y calles empinadas, uno de los pueblos con más encanto de Cádiz

Vejer de la Frontera combina costa e interior en solo ocho kilómetros.  Cerca de Los Caños de Meca y de las playas de Tarifa, y a unos 50 kilómetros tanto de Cádiz capital como de Jerez de la Frontera, Vejer es un precioso pueblo de la comarca de la Janda que conmociona por su caserío y por su bien preservada playa del Palmar, ultimamente en el punto de mira de los constructores. Para visitar este pueblo gaditano catalogado como Monumento Histórico Artístico, lo más recomendable es dejar el coche aparcado en la parte baja y recorrer a pie sus estrechas callecitas. Esta es una ciudad amurallada desde la edad media con el castillo en el centro y parte más elevada y con cuatro puertas originales de acceso: los Arcos de la Segur, de Sancho IV, de la Villa y el de la puerta cerrada que mantienen frescas las huellas de cinco siglos de dominio musulmán. Por el casco antiguo de Vejer apenas circulan coches, así que se puede subir tranquilamente sus empinadas y encantadoras calles hasta la zona más alta dominada por El Castillo, monumento Nacional desde 1931. Los Guzmanes lo construyeron entre los siglos XIV y XV sobre la antigua alcazaba del siglo XI con puerta de acceso en arco de herradura que conduce al patio principal y al patio de armas. Sus almenas se han convertido en excelentes miradores desde los que se disfruta de unas vistas sorprendentes. Una vez en el pueblo hay que probar las tortas vejeriegas y los dulces artesanos en la pastelería Galván. Después, desde La Plazuela, centro orgánico del pueblo, con el convento a guisa de hotel, llegar al palacio del Marqués de Tamarón, casa solariega del XVIII que sirve a la localidad de centro de interpretación. Contemporáneo de los Reyes Católicos es el arco de la Segur, abierto en el punto donde mayor grosor alcanza el recinto amurallado. Entre los sillares, el bar Janis Joplin, abierto desde los años del flower power. El convento de las monjas Concepcionistas, los molinos de viento o la Casa del Mayorazgo son de obligada visita sin olvidar los patios llenos de flores, sus calles sinuosas de empedrado redondo con apretadas casas blancas y el tapeo en alguno de los gastrobares del pueblo como El Altillo.   
Es un lujo disfrutar de una noche de luna llena en invierno desde el mirador al final de la calle de La Fuente, cuando las marismas estan llenas. Pero uno de los sitios más bonitos de Vejer es su Plaza de España que no hay que abandonar sin tomar algo en El Jardín del Califa, encantador hotel laberíntico y restaurante con un exuberante jardín de palmeras donde sirven platos marroquíes. Y muy cerca El Palmar, con una extensión de más de cuatro kilómetros, es una de las playas más grandes de la comarca. Las dunas de arena fina y dorada, sus aguas limpias de poca profundidad, el viento de Levante y su ola de izquierda (la mejor del sur de España) la convierten en un paraíso para amantes de los deportes acuáticos.
 
Turismo de Vejer de la Frontera (956 45 17 36; www.turismovejer.es). Visitas guiadas a partir de junio. Turismo de la provincia de Cádiz (956 80 70 61; www.cadizturismo.com).
 
Pastelería Galván: Teléfono 956 45 01 58. Dirección Calle Altozano 1. Vejer. (Cádiz)

1 comentario:

  1. Muy buen post Susana, Vejer es un lugar a visitar si o si, con un entramado de calles maravillosas por las que perderse y multitud de lugares imrpesionantes para comer

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