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jueves, 31 de enero de 2013

Restaurante Sidonia en Sevilla : la apuesta por la creatividad y la alta cocina a buen precio, de los hermanos Fortuna

Hay veces que los restaurantes sirven para reunir a gente y facilitar la charla ante una buena comida. Se habla de moda flamenca (Entre cirios y volantes), de viajes (Mi paseo por el Mundo), de gastronomía (De tapas por Sevilla), de política, o de periodismo y comunicación (El Blog de Enrique Cervera y Hecho en Andalucía). Y eso es lo que ha ocurrido en el Restaurante Sidonia de Sevilla, gracias a los encuentros gastroblogueros #comeycomparte que organizan Cristobal Bermúdez y Angel Fernandez Millán.  Esta vez los anfitriones fueron Víctor y Juan Fortuna, los propietarios del Sidonia, que con energía y mucha ilusión se propusieron, hace cinco años cuando abrieron su local en la calle Calatrava, hacer algo diferente. Lo han conseguido con una carta divertida, colorista y elaborada y un local con mucho encanto en la zona de la Alameda de Hércules. Al entrar,  lo primero que te llama la atención es el mosaico de baldosas hidraúlicas de colores, su decoración funcional y acogedora, el magnífico trato de los camareros...pero lo importante es la comida que hacen. Son espectaculares sus salmorejos de remolacha, manzana y rúcola y el cordobés; sorprendente su lomo de canguro con migas y setas; estupendo el pulpo estilo gallego con espuma de patata, el taco de salmón al gorgonzola o el niguri de presa yakisoba.
Fusión, tradición, modernidad y experimentación en la cocina de uno de los sitios más innovadores de esta zona de Sevilla que en los últimos años ha resurgido con fuerza. Una de las sorpresas es sin duda la carne de canguro, deliciosa, suave y con un particular sabor a carne de caza, que parece que tiene poca grasa, muchas proteinas y hierro. En Sidonia es uno de los platos que más se piden y la preparan realmente exquisita. Y para colmo en este restaurante puedes combinar la buena cocina con buenos vinos porque tienen una carta interesante y amplia: desde el muy recomendable blanco gallego Godeval a tintos de la tierra, como en sevillano Zancúo, de Bodega La Margarita en Constantina que es una muestra más de los estupendos vinos que se están haciendo en Andalucía. En la carta de Sidonia mezclan platos e ingredientes de todo el mundo, tienen también rollitos vietnamitas, samosas de pollo al curry, gnochi con gorgonzola, carrillada con gratén de payoyo o wok de gambón y presa.
Las generosas tapas están entre los 2,90 y los 3,10 euros y los platos abundantes oscilan entre los 6 y los 9 euros. Los propietarios de Sidonia lo son también del vecino "Dúo Tapas",  otro gran bar de los que pueblan Calatrava, una de las calles que te llevan a la Alameda de Hércules, una zona alternativa con muchas opciones donde puedes tomar una copa en una terraza, escuchar hip hop, funky o pop o ver una exposición de arte moderno. La Alameda, ahora diversa y vanguardista, ha estado ligada desde siempre también al flamenco y a los toros. Allí han nacido y vivido las cantantes Estrellita Castro o Pastora Pavón conocida como la Niña de los Peines, los toreros Rafael y Joselito el Gallo , la bailaora Gabriela Ortega o el cantaor Manuel Torre. Comer en Sidonia es la mejor excusa para acercarse a esta zona diferente de la capital andaluza.

Sidonia. Calle Calatrava, 16 41002 Sevilla
954 90 35 32

martes, 29 de enero de 2013

La "marcha" del Pósito, en Jaén

 
Cuenta la leyenda que en las noches de frío se ve vagar un negro fantasma por la Plaza del Pósito de Jaén y que se trata del espíritu de un jóven arrepentido por haber matado al marido "calavera" de su antigua enamorada, después de que este, un estafador bastante tarambana, hubiera robado, arruinado y matado a la muchacha. En esta Plaza además hay una Cruz, como las que había antaño a la entrada de las poblaciones para exponer y colgar, como escarmiento general, a los condenados a muerte. Pues bien, ni la leyenda ni peculiar la cruz han evitado que esta zona sea una de las preferidas de los jiennenses para tapear, tomar copas o simplemente quedar. La Plaza está rodeada de bares, algunos con terrazas, testigos de la vida de esta parte alta de la ciudad. El más curioso es El Bodegón, un sótano a modo de trastienda con una antigua tienda de ultramarinos en la parte de arriba donde se pueden probar delicatessen de la tierra, a precios muy económicos, que también se pueden comprar- hay que probar el codillo con patatas a lo pobre, una de sus especialidades; la tosta con pisto, la ensalada de pimientos, el queso y los revueltos de habas- y donde además su propietario organiza monólogos e incluso actuaciones musicales. La decoración es encantadora, con fotos de músicos de jazz y un piano que recuerdan la historia de Angel Millán, propietario de El Bodegón, que antes tuvo el pub Chubby Cheek todo un referente del jazz y la música en Jaén. Ahora, también con musica de jazz casi todo el tiempo, está muy cerca el bar El Pósito, para cervezas, tapas y copas que está abierto de 12 a 00 horas y que también tiene actividades paralelas. Y detrás, el Bar El Mercado, de reciente apertura y cuidada decoración de diseño que tiene una de las terrazas más acogedoras de la
zona y una cuidada carta que incluye las alcachofas con foie y perdiz escabechada, el carpaccio de atún, el salmorejo de aguacate y una estupenda carrillera ibérica. Dentro, un salón estiloso y comodo con sillones chester y preciosas sillas, donde se puede comer o tomar una copa en caso de mal tiempo. Está en la Plaza del Deán Mazas, donde también están los bares Mazas y Deán. Un poquito más arriba, en la calle Bernabé Soriano frente a la parte trasera de la Diputación el Panaceite con comida más tradicional pero  también muy rica.
Y cerca de la majestuosa Catedral de Andrés de Vandelvira, está el callejón del Arco del Consuelo conocido como el Callejón de los Borrachos, sinuoso y medieval, donde permanecen tascas centenarias como La Manchega y el Gorrión recomendables por su tipismo. Y para tomar algo dulce la chocolatería La Antigua en Bernabé Soriano, en pleno centro, ambiente cálido y donde nada más entrar te lo comerías todo de la cantidad de tartas y pasteles exquisitos que tienen expuestos. En Jaén hay otra zona de marcha, la del bulevar en la parte nueva pero sin duda esta del casco antiguo es la mejor para disfrutar de la ciudad.

Bar El Bodegón
Joaquín Tenorio 4, Plaza del Pósito 23001 Jaén
953 19 00 29

Bar Mercado. c/ Cronista Cazaban 4, Jaén, España

Bar Panaceite. C/ Bernabe Soriano • Jaén • 23001

martes, 22 de enero de 2013

Lombard Street, sinuosa y empinada, la calle más famosa de San Francisco

No será la más empinada pero sí una de las más bonitas de los Estados Unidos y una de las más sinuosas. Para evitar el 27% de pendiente original de Lombard Street en San Francisco, los vecinos idearon en 1922 que el zig-zag era la forma de salvar el descenso y de que los coches puedan pasar, además de plantar jardines en cada curva (ocho virajes, para ser exactos, que la convierte en la calle más sinuosa de los States). San Francisco es una ciudad famosa por sus cuestas pero la calle Lombard, sin duda la más conocida de la ciudad, tiene una de las más pronunciadas. Los conductores se deben armar de paciencia, ir bien despacio bajando las pronunciadas curvas en pendiente, mientras los que van caminando pueden hacer el descenso por las escaleras laterales. La calle ha sido escenario de numerosas películas y hasta Alfred Hitchcock situó en ella, concretamente en una de sus hermosas casas victorianas en el número 900, la casa de la protagonista. La forma más pintoresca de llegar a esta calle en transporte público es sin duda hacerlo en un tranvía histórico. El cremallera que sube por la calle Powell y que se puede coger cerca de Union Square tiene parada aquí. Al final de Lombard (que sigue más allá de la famosa zona de curvas) está la Coit Tower, desde arriba se disfruta de unas magníficas vistas panorámicas de la ciudad, incluyendo la propia Lombard Street y sus mansiones señoriales.
En la calle Lombard se realiza cada año una carrera muy peculiar. Muchas personas se dirigen al lugar a bajar la empinada colina, circulando a grandes velocidades por sus curvas en vehículos improvisados, como triciclos para niños o carritos de supermercado. En un fin de semana cualquiera de verano atraviesan la calle hasta 350 vehículos a la hora por lo que lo ideal es aprovecar para visitarla a primera hora de la mañana o antes del anochecer que es cuando hay menos gente y mejor luz para hacer fotos. En el 1000 de Lombard Street está la casa Montandon, con fama de ser una vivienda embrujada. En un principio era de la columnista y presentadora Pat Montandon, que en los años 60 fue la reina de la sociedad de San Francisco. Según cuenta en sus memorias, una vez un medium se ofendió porque no le trajo una bebida en una fiesta, y maldijo la casa. Entonces comenzaron, según la leyenda urbana, los fenómenos paranormales: el ambiente permanecía frío pese a que la calefacción estaba al máximo; se escuchaban gritos raros, puertas que se cerraban sin motivo y manchas misterioras de sangre en el techo. Dos amistades de Montandon se suicidaron en la casa y la mujer se dio por vencida y la vendió. Sus actuales propietarios viven con normalidad y felizmente en la casa. Como curiosidad decir que la calle más empinada de San Francisco es en realidad Vermont Street en el barrio de Potrero Hill.
 
 

miércoles, 16 de enero de 2013

Zelai, cocina alternativa de nivel, calidad y buen gusto, en pleno casco histórico de Sevilla




Cuando abrieron hace cuatro años pretendían ocupar un 'campo' (Zelai significa campo en euskera) en la gastronomía sevillana que estaba casi vacío. Javier Lavado y Paloma Valenzuela, vasco y sevillana formados en la escuela de hostelería “Les Roches Marbella”, fueron pioneros en la capital hispalense en ofrecer una cocina de autor moderna y elaborada, una forma diferente y abierta de entender la comida. Los primeros meses les fue regular, según confiesan, pero enseguida empezó a funcionarles el boca a boca y hoy su restaurante Zelai es uno de los sitios de referencia en la ciudad, situado entre los que mejor se come de Sevilla. Han recogido experiencias de muchos sitios y apuestan por las últimas técnicas culinarias gracias a su jóven equipo de cinco cocineros y a camareros como Andrés que te ofrecen una atención exquisita y guían tu paladar por un montón de estupendas posibilidades. Negros y acero para una barra informal y un comedor, separado del resto por una gran puerta de bambú, que da a un patio luminoso y 'zen' para crear un ambiente relajado y cosmopolita, en pleno centro de Sevilla, detrás de Plaza Nueva y a dos pasos del Ayuntamiento y de la Plaza de la Magdalena o de la Catedral y del barrio de Santa Cruz.
Entre sus tapas el exquisito tataki de atún rojo macerado durante horas en gengibre, soja y limón, acompañado de cebollitas encurtidas en remolacha; el ajoblanco de pistachos; el cremoso  rissotto de idiazabal con espárragos verdes; los espectaculares entrantes de capuccinos de mejillón con espuma de coco y crema de marisco; las increibles e inesperadas hamburguesitas de gambas al ajillo...y una magnífica lista de platos que pueden ser tapas o raciones para compartir. Y nunca hay que olvidarse de los postres tan bonitos como ricos: el tartar de fresas con espuma de queso aromatizada con rosas, reducción de limoncello y crema de cítricos simplemente da pena comérselo y solo es superado por el mousse de chocolate con gelatina de naranja y helado de idiazábal.

Los emplatados en los que no sobra ni falta nada, los detalles de buen gusto que sobran -vajilla, cristalería, decoración- una buena carta de vinos y precios más que razonables contribuyen además a que Zelai se llene a diario y en especial los fines de semana por lo que conviene ir tempranito o, si se puede, entre semana cuando el ambiente es más tranquilo. Mi última experiencia en Zelay además ha sido doblemente satisfactoria porque he podido compartirla, gracias a la iniciativa de Cristóbal Bermúdez 
(De tapas por Sevilla) y Ángel Fernández Millán (Hecho en Andalucía), y convertirla en una gastroencuentro con Pilar Bernal (http://tupersonalshopperviajero.blogspot.com/), Silvia de Carrión (No me entiendas solo quiereme) y Constanza Lucadamo (La Maleta de Constanza), estupendas compañeras y blogueras. Por cierto, los dueños de ZelaI han abierto hace un año aproximadamente, en el local de al lado, Burguett, una hamburguesería gourmet que ha conseguido que comer hamburguesas deje de ser una cosa exclusiva de quinceañeros. La calle Albareda se conocía en el siglo XVIII  como Calle Cruz del Negro, porque había allí una cruz de madera que, según cuentan, se colocó en el lugar en recuerdo de que  a principios del siglo XVII un negro se ofreció voluntariamente en venta para sufragar una función de desagravio a la Purísima Concepción, ultrajada por ofensas verbales de otras personas. Es en 1881 cuando se bautiza como Calle Albareda, en homenaje al político sevillano José Luis Albareda, que fue ministro de Fomento y que defendió en las Cortes y el gobierno los intereses de Sevilla con motivo de las riadas. En la actualidad, la calle Albareda está llena de restaurantes tradicionales-Barbiana, Casa de la Viuda- y modernos-un wok, un Ginos,s, El Aguador de Velázquez...toda una zona para tapeo.






Restaurante Zelai. Dirección: Calle Albareda, 22, 41001 Sevilla
Teléfono:954 22 99 92

domingo, 13 de enero de 2013

Cádiz 9, estupenda cocina en San Bernardo, el sevillano barrio de los Toreros

Tienen un cocinero marroquí formado en Francia que prepara uno de los mejores cous cous y una de las mejores pastelas de la ciudad, aunque no las hay todos los días en la carta. El bar Cádiz 9 de Sevilla tiene también entre sus recetas un estupendo entrecot de buey y patatas aliñadas con pulpo y aceite al pimentón, fideos chinos con presa y frutos secos, exquisitas croquetas de boletus, una rica ensaladilla de gambas blancas y una tarta tatín de manzana y otra de tres chocolates para las que hay que dejar un hueco siempre al llegar al postre. Los platos tienen precios entre los 8 y los 15 euros, las copas de vino entre los 2,50 y 3 euros y los postres unos 4,50, son abundantes, bien servidos y perfectos para compartir. En general se come muy bien por unos 20 euros. También hay tapas si se prefiere el picoteo. El restaurante tiene un ambiente desenfadado e informal con muebles en madera clara y colores vivos y se puede llegar en tranvía hasta el Prado de San Sebastián. Una estupenda opción en el barrio de San Bernardo con una atención inmejorable, donde además tienen vinos andaluces como el Barbazul de Cádiz o el sevillano Colonias del Galeón. Además tras la comida se puede pasear por San Bernardo, el llamado barrio de los Toreros de la capital hispalense porque ahí nacieron numerosos diestros como Pepe Luis Vázquez, Manolo Vázquez o Moreno Chico de San Bernardo.

Bar Restaurante Cádiz 9Av. de Cadiz 9, Sevilla, España
Tfno: 627 578 449.
 

lunes, 7 de enero de 2013

Cazalla de la Sierra: Cartuja, casas encaladas, barroco y anís, en la provincia de Sevilla

Cazalla de la Sierra, en la provincia de Sevilla, forma parte de Sierra Morena aunque se la conoce como Sierra Norte. Es un pintoresco pueblo monumental, barroco y de casitas encaladas. Destacan su plaza mayor, autentico corazón del pueblo; los juzgados del siglo XVI con su fachada barroca y las antiguas casas consistoriales, la antigua muralla almohade, la iglesia de Consolación que figura entre los monumentos más notables de la arquitectura sevillana y fue construida entre los siglos XIV y XV....y por supuesto su Cartuja. Consagrada a la Inmaculada Concepción es, junto con las de Sevilla, Jerez y Granada, los únicos monasterios de la Orden de San Bruno existentes en Andalucía. La de Cazalla, que fuera una de las cartujas más curiosas de la península. construida en 1476 en lo que había sido una de las casas de recreo de los reyes musulmanes de Sevilla se transformó en una hospedería que mantiene gran parte de su estructura original y en centro de arte contemporáneo. Según cuenta la tradición, el Rey Pedro I el Cruel iba a una zona llamada "El Castillejo", a cazar osos con el Príncipe de Gales. En dicha zona el Rey, poseía un pabellón de caza que le servía de hospedaje, y sobre esta edificación fue levantada La Cartuja, a unos 5 kilómetros del pueblo actual. 
Desde el Neolítico, por Cazalla han pasado grandes civilizaciones y reyes como Fernando El Santo o Felipe V que, curiosamente, convirtió a esta localidad en capital del Reino de España en 1730. Este rey  escogió la localidad de Cazalla de la Sierra, aconsejado por algunos miembros de su Corte, para convalecer de la terrible crisis nerviosa que sufría desde la muerte de su primera esposa y su hijo. En este lugar encontró el sosiego que ansiaba en compañía de su segunda mujer, la reina Isabel de Farnesio, mejorando sensiblemente de su mal. La enorme producción vinícola que tuvo Cazalla durante los siglos XV y XVI, dio como resultado la destilación de los sobrantes para obtener el alcohol con el que se empezó a fabricar el famoso aguardiente, que a partir de entonces toma el topónimo de nuestra población "El Cazalla". Este producto se sigue fabricando manteniendo y conservando las técnicas y casi las mismas instalaciones que antaño. De octubre a diciembre, en las tiendas del pueblo se venden unos excelentes mantecados y a través de la web de Mantecados Trigo. Entre Cazalla, cabecera de la comarca, y su vecina Constantina fluyen las aguas del rio Huéznar bordeadas de sauces y fresnos y en cuya ribera viven las últimas familias de nutrias de Andalucía. Se puede dormir en la Posada del Moro o en el Palacio de San Benito.

La Mamounia, la tradición de un hotel de lujo y leyenda en Marrakech

Es mucho más que un hotel, su nombre implica leyendas, lujo y belleza, pero también tradición y naturaleza. La Mamounia, en Marrakech, es un oasis de lujo que hay que visitar si se está en esta ciudad marroquí, aunque no se pueda pagar una estancia vacacional en este cinco estrellas. El hotel cuenta con varios bares, dos de ellos en los restaurantes Le Bar Marocain y Le Bar Italien, otro es Le Bar Pavillon de la Piscine, y otros dos independientes, Le Bar Churchill y Le Menzeh, donde tomar un café, un aperitivo o una copa. Situado junto a los muros de la medina y rodeado de un precioso jardín, este lugar fue desde sus comienzos sinónimo de lujo, distinción y glamour, y entre sus huéspedes siempre se encontraron celebridades del espectáculo, importantes políticos, artistas y escritores.
Delacroix o Matisse se enamoraron de Marrakech y de la Mamounia; más tarde llegaron las estrellas del music-hall como Edith Piaf y hasta Alfred Hitchcock hizo de Marrakech y la Mamounia el escenario donde filmó El hombre que sabía demasiado, con Doris Day y James Stewart. La historia de La Mamounia arranca en 1922, con la llegada de los franceses a Marrakech, cuando se decidió la construcción de un hotel, cuyo diseño estuvo a cargo de los arquitectos Henri Prost y Antoine Marchisio, en unos prestigiosos jardines de la ciudad que habían pertenecido al sultán Sidi Mohammed Ben Abdallah que se los había regalado a uno de sus hijos tras su boda. Desde entonces el hotel ha sufrido numerosas remodelaciones y su última reapertura fue en 2008, más espectacular que nunca.
Al llegar te reciben caballeros envueltos en románticas capas blancas, como salidas de un cuento de las Mil y una Noches, y nada más entrar te saluda el aroma a dátil, madera de rosa, cedro y naranja diseñado por la perfumista francesa Olivia Giacobetti que impregna todo el ambiente. Impresionan la deslumbrante decoración de los salones y restaurantes, los patios arábigo andaluces, los gigantescos olivos y los naranjales de los jardines y sobre todo la gran piscina recubierta de azulejos de cristal de murano. El diseñador Jacques García fue el encargado de renovar este emblemático establecimiento, a tiro de piedra del hervidero de la plaza de Jemaa el Fna, y no dejó ni una sola dependencia sin remozar. Cuentan que en cada una de las alcobas trabajaron hasta cincuenta artesanos y debe ser por eso por lo que el precio parte de los 400 euros por noche, pero también el común de los mortales, sin estar alojado en el hotel, puede disfrutar de esa maravilla. Basta reservar una mesa en alguno de sus restaurantes o presentarse razonablemente bien vestido para que dejen acceder a visitar sus jardines, pecar en la pastelería próxima a la piscina o el salón de té o, de noche, tomar una copa en el bar italiano o en el célebre Bar Churchill, que es el único espacio que apenas ha cambiado desde que lo frecuentaran el estadista británico, Orson Welles y todo el ejército de incondicionales que a lo largo de las décadas ha hecho de La Mamounia en un mito. Y si el hotel tiene las vitrinas repletas de premios, no podía ser menos su spa, elegido el mejor del mundo por los lectores de la revista Condé Nast Traveler por sus 2.5000 metros cuadrados consagrados al cuerpo y a la mente sin dejar de apoyarse en la tradición ni en la modernidad.
La Mamounia Avenue Bab Jdid 40040 Marrakech, Marruecos
Tel. +212 524 388 660