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martes, 25 de septiembre de 2012

Alfombras, té y pipas de agua en el Corlulu Ali Paça y visita al hamman de Cemberlitas en Estambul

Tomar un Çay ( té) y un narguile ( pipa de agua) en este lugar es imprescindible si visitas Estambul. En la antigua madrassa  de una mezquita , entre los barrios de Çemberlitas y Beyazit, se encuentra el patio de Corlulu Ali Paça, un lugar increible donde viajeros y lugareños  se mezclan en un ambiente único. Está algo escondido muy cerca del Gran Bazar, en Yeniçeriler Cadessi. Se trata de una antigua escuela coránica que en la actualidad reúne unos cuantos cafés donde, por 7 euros, puede fumarse una pipa de agua, una narguile, con el famoso tabaco turco aromatizado rodeado de alfombras y de gatos. El tabaco es extremadamente suave, incluso para los no fumadores, y si no te convence, se puede pedir un té turco, o un estupendo zumo de naranja, limonada o soda. El patio se construyó en el siglo XVII por Corlulu Ali Pasa, yerno de Mustafá II y gran visir de Ahmet III. El ambiente es muy pintoresco, con alfombras cubriendo el suelo y las paredes, cojines y el humo de los narguiles. Es un sitio ideal para relajarse, entre estudiantes, turistas y vecinos del barrio, tras hacer compras en el Gran Bazar o visitar los monumentos de Sultanhammet. La tienda Öz Truva dentro de la tetería vende alfombras y artesanías diversas, narguiles y objetos típicos de Turquía a buen precio. En el patio se encuentra la fuente de abluciones de la contigua mezquita, construida en 1708 en estilo clásico con notas barrocas en las columnas del porche. Se trata de una de esas pequeñas mezquitas que salen en muy pocas guías y que te llaman la atención cuando callejeas sin rumbo por la ciudad. En Estambul cada café refleja un barrio o una clase social, una corriente cultural, una moda urbana o una inclinación religiosa, una manera de entender la vida, un tiempo o una edad. También una manera de entender y hasta de querer la ciudad. En Corlulu Ali Paça los cafés que están en los laterales son mucho mejores y tienen más encanto que el que está en el centro del patio.
Y después del café es el momento del hamman, el famoso baño turco. En la ciudad hay decenas, de distinta calidad y precio. Al lado de la Columna erigida en el siglo IV por el emperador Constantino (recubierta por una tela metálica) justo antes de la parada del tranvía (Çemberlitas) se encuentra el famoso hammam Çemberlitas construido en 1584 por encargo de la esposa de Selim II, Nur Banu. Está separada la zona de hombres y mujeres. Van bastantes turistas y también turcos. Tienen taquillas con llave, dan toallas y una tela (“pestemal”) para cubrirte. Una sesión de baños y masaje dura hora u hora y media pero no hay tiempo límite. Un baño turco tradicional es una variante más húmeda de la sauna y se divide en varias partes: Atrio, Frío, Templada y Caldarium. El interior de los baños está decorado con mármol por ser un material que conserva muy bien el calor. En la mayor parte de los baños de Estambul, la entrada incluye lavado exfoliante y distintos masajes. Hay que decir que los masajes turcos son bastante fuertes y pueden recordar al masaje tailandés.

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