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viernes, 13 de enero de 2012

Cuajada de Carnaval, pastel granadino hecho con restos de dulces navideños














La cuajada de carnaval se hace en Granada en estas fechas, los meses de enero y febrero, para dar salida a los mantecados que sobraron de Navidad. Son capas superpuestas de polvorones migados y aplastados, natillas con canela, bizcochos de soletilla, cabello de angel, almendra tostada picadita, más mantecados y así sucesivamente hasta acabar con una capa de natillas o crema pastelera, cubierta siempre de una última de polvorones aplastados que se espolvorean con azúcar glass y canela, a ser posible y como filigrana última con un dibujo de una granada como adorno. Una vez montada, se mete en la nevera al menos media horita y listo. Todo ello debe ir preparado en uno de los famosos lebrillos vidriados de cerámica de Fajalauza granadina. Es muy fácil de hacer y está para chuparse los dedos aunque, eso sí, hay que olvidarse de la prometida dieta de principios de año tras los atracones de las fiestas. Parece que este postre se invento para aprovechar los mantecados sobrantes de la Pascua, evitando que se pusieran rancios al entrar el calor. Ya en el año 1913 en uno de sus libros, Emilia Pardo Bazán se refiere al dulce: "En Granada tuve ocasión de ver unos dulces que ostentaban en la superficie dibujos de azúcar reproduciendo los alicatados de los frisos de la Alhambra; y no por artificio de confitero moderno, sino con todo el incofundible carácter de lo tradicional." La repostería granadina tiene además los famosos piononos, los soplillos de la Alpujarra y la torta real de Motril , o una extensa variedad de dulces de los conventos como los huevos moles de San Antón, la bizcochaza de Zafra, los pestiños de la Encarnación o el hojaldre de San Jerónimo. Son imprescindibles para la repostería de Granada, la miel, azúcar y la almendra. También parece que aunque su origen es árabe, la cuajada de Carnaval la popularizaron las monjas de Granada y se llamaba Torta de San Antón. Se puede tomar con un licor de membrillo o un vino dulce, incluso con una copa de cava.
Y si no han sobrado mantecados de la Navidad, la cuajada se puede comprar en una de las numerosas y estupendas pastelerías que hay en la ciudad. Yo recomiendo la de "López Mezquita", en la calle Reyes Católicos, una de las más antiguas de la ciudad frecuentada desde el siglo XIX que lleva el nombre del notable pintor granadino José María López Mezquita y que está llena de exquisiteces. Una de mis recomendaciones son los "moínes", una especie de magdalenas de estilo árabe y con azúcar por encima que están buenísimas, igual que la pastela moruna o las mediasnoches con jamón y huevo hilado que muchos granadinos se llevan a los toros durante la Feria del Corpus. "López Mezquita" tiene también cafetería.

Pastelería López Mezquita. C/ Reyes Católicos, 39  18001 Granada
958 22 12 05

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