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viernes, 23 de septiembre de 2011

Josefov y el golem de Praga

Una de las leyendas más extrañas dentro de la realidad mágica de los judíos europeos proviene de uno de los ghettos más viejos de este continente. Transcurre en Josefov,  el Barrio Judio de Praga, una ciudad de cuento que parece debe ser escenario de cientos de leyendas mágicas y propicia a que pasen montones de cosas. Este ghetto tiene un sinnúmero de santos talmúdicos y personalidades religiosas que los judíos han venerado a través de los años. El más famoso de todos estos santos judíos fue el rabí Judah Loew ben Bezalel, también conocido con el acrónimo de el Majaral, o “el más venerado maestro y rabí”. El Majaral,  vivió del 1512 al 1609, y era todo un humanista del Renacimiento. Además de ser rabí y maestro religioso de los judíos también era filósofo, astrólogo, astrónomo, y observador de las ciencias naturales pero sobre todo fue conocido por sus conocimientos de magia y kabbalah. En la Praga de hoy en día todo el mundo conoce la leyenda del Golem del rabí Loew. En aquella época había un permanente enfrentamiento entre los judios y sus vecinos cristianos que les acusaban de seuestrar niños y someterles a rituales de sangre. Muchos judios eran linchados por delitos que no habían cometido. Fue por eso por lo que el rabino, utilizando la magia, moldeó una pila de fango que tomó del río Moldava, y creó un hombre de barro, el Golem, creado con el propósito de ayudar a los judíos del ghetto con sus faenas diarias y a la vez protegerlos de las masas ingnorantes cristianas. Para darle vida, el rabí escribió sobre la frente del Golem la palabra Emet, que en hebreo significa ‘verdad’. Al principio, el Golem fue indispensable en la comunidad del ghetto, pues ayudaba con todo tipo de tareas cotidianas y mundanas, construyendo, limpiando, y cargando agua, ya fuera de día o de noche. El Golem vigilaba cada rincón, las calles, los comercios, el Ayuntamiento del barrio judío ( que está en números hebreos y marca las horas al revés). Así que el pueblo judío se sintió más seguro que nunca. La gente le pedía su ayuda y en una ocasión trajo en lugar de leña para la calefacción, árboles enteros hasta con las raíces(tal era su fuerza), los reclinó contra el palacete Belvedere de la reina y pedía, a gruñidos, donde tenía que guardarlos.Un día, el rabino atareado no se recordó de dar las oportunas ordenes del día al Golem y este desorientado actuó enfurecido por la ciudad y la gente se escondía de él ya fuese en las Sinagogas, en los comercios o en las colinas cercanas al cementerio.
Cuando el Majaral fue alertado sobre las acciones del Golem, ya el monstruo había destruído casi media ciudad. Entonces el rabí se apresuró, se le acercó al Golem, y con un sencillo movimiento de su mano, le borró el aleph a la inscripción sobre su frente, y en ese mismo momento el monstruo cayó sobre la tierra y murió. Ante los ojos de la comunidad aterrorizada, el monstruo se secó, y el barro se tornó en arcilla dura. Hoy en día, en Josefov, hay una antigua sinagoga en la calle Maiselova, conocida como Altneuschul (Old-New School), que tiene un cuarto con una puerta sellada sólidamente, y de acuerdo a la leyenda, detrás de esta puerta, se encuentra el cuerpo de arcilla seca del Golem del rabí Loew, sellado para toda la eternidad para que no pueda escapar y causar más destrucción. 
La visita a Josefov es obligada cuando vas a Praga. A pesar de que el trazo original del barrio, con su sobrepoblado ghetto, una madeja de calles y callejuelas, apretados edificios, patios y portales, se perdió como consecuencia de las obras de reconstrucción de principios del siglo XX del centro de Praga, la comunidad judía pudo salvaguardas al menos parte de los edificios más preciados. En Josefov se pueden visitar las sinagogas: Española, levantada en 1867 y que debe su nombre a los elementos moriscos de su fachada; Maisel, construida por Mordechai Maisel en 1591; Alta, parte del antiguo Ayuntamiento Judío; Pinkas, de 1492 llamada así por el rabino Pinkas; y Klausová, próxima al cementerio viejo. Además merecen especial mención la Sala Ceremonial, próxima a la Singoga Klausová, donde se exponen objetos religiosos. No hay que dejar de visitar la Sinagoga Viejo-Nueva , antiguamente conocida como Escuela Nueva; y el Viejo Cementerio Judío, que es el monumento más visitado de Praga después del Puente de Carlos.

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