Arcos abovedados y decoración con estilo en el edificio de un antiguo molino de aceite en pleno campo del Algarve portugués, en Mesquita una aldea próxima a Sao Bras de Alportel y a solo 20 kilómetros de Tavira. Alli, en un sitio donde difícilmente irias si no fuera por el restaurante que se llena, esta El lagar de Mesquita, con platos que mezclan el sabor Mediterráneo, portugués y arabe. Cordero especiado, cochinillo, gambas piri piri y pescado, espaguetis, jabalí, conejo salvaje, confit de pato, un menu muy diferente al de los restaurantes portugueses de la zona y a un precio más que razonable. Para colmo el entorno es espectacular.
Gudrum, la propietaria holandesa, es una amante de la música y seguramente por eso un piano preside el enorme comedor con capacidad para 70 personas donde las mesas se mezclan con sillones y zonas de estar para esperar o tomar una copa. A Gudrum la ayuda su hermano y un servicio eficaz que se mueve con soltura por el local. El pan es espectacular y buena la selección de vinos, con algunos espumosos e incluso champán para los postres. Los platos principales suben poco de los 10 euros y una cena con vino puede oscilar por los 35.
Para aperitivo o postre recomiendo pedir un port tonic, oporto blanco con tónica. Y hay que reservar porque siempre esta lleno a pesar de lo retirado del restaurante del circuito turístico habitual y a que está en pleno compo. A menudo los fines de semana hay música en directo, sobre todo en verano. En definitiva, El Lagar da Mesquita es un lugar con mucho encanto donde volver.
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