Puede que haya ruinas con más encanto como las de Tulum, junto al mar. o las de Uxmal más salvaje, pero sin duda la reina de las ciudades mayas es Chichén Itzá, sitio arqueológico en Yucatán, al sureste mexicano que cada año visita un millón de personas. En lengua maya significa: La orilla de los pozos de los itzáes o brujos del
agua. Famoso por sus sacrificios humanos, Chichén Itzá fue el más importante centro ceremonial de los mayas en la provincia del Yucatán. Nada más entrar al recinto encuentras su impresionante explanada, salpicada de pirámides, el enorme campo para el juego de pelota y monumentos para comprender por qué los mayas lo tenían como un enclave sagrado para comunicarse con los dioses. Y por qué ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad y una de las siete maravillas del mundo. El juego de pelota era un deporte ritual de vida o muerte que acababa con la sangre derramada de los vencidos y a veces también de los vencedores porque el sacrificio era un honor en vez de una condena. El Templo Mayor se ubica sobre la estructura principal de la zona arqueológica, conocido como El Castillo o pirámide de Kukulcan, y es una gran pirámide de 55,5 metros por cada uno de sus cuatro lados, y con una altura de 25 metros. La pirámide tiene en cada uno de sus lados amplias escalinatas que conducen al templo. La más importante es la escalera norte, donde se observa cada año, en el equinoccio, un impresionante fenómeno astronómico, el descenso a tierra de una serpiente que se forma con la sombra del borde de la pirámide. Hasta hace unos años podía subirse a lo más alto de la pirámide por sus escalones estrechos y muy empinados pero en la actualidad está prohibida la ascensión. Parece fuera de toda duda que la ciudad fue abandonada en el siglo XIV por causas desconocidas. Sin embargo, el poder y la grandeza de Chichén Itzá han sobrevivido a su historia y siglos después de su abandono los mayas siguen teniéndola como referencia mágico/espiritual y peregrinando hasta sus ruinas. Muy cerca, en plena explanada, destaca el tzompantli, la Plataforma de los Cráneos, donde se exhibían, ensartados en una pica, los cráneos de los enemigos abatidos. Otro de los puntos de mayor interés es el Cenote Sagrado, un enorme pozo de agua con una profundidad de 15 metros donde se dice que los mayas hacían sacrificios humanos, ofrendas y otros rituales religiosos.
También hay que ver El Caracol, un sorprendente Observatorio Astronómico, el edificio de Las Monjas, La Iglesia… según los nombres que les dieron los españoles al descubrirlos. Para los mayas tenían otros significados, ya que Chichén Itzá representó la máxima expresión del poder divino en Yucatán. El recorrido es de casi tres horas, es importante llevar ropa fresquita y que te proteja del sol y, durante el mismo, irás sorteando las decenas de vendedores de la zona que han dejado entrar al recinto y que te venden todo tipo de recuerdos "casi gratis", en especial un silbato que imita el sonido del jaguar y que es una auténtica pesadilla. Tambié encontrarás numerosas iguanas que campean a sus anchas por allí.
Desde Cancún se puede llegar perfectamente a las ruinas en coche tras dos horas de viaje (tres desde Playa del Carmen) por buenas carreteras-hay de pago y gratis, ambas están bien pero por las gratuitas vas sorteando pequeñas poblaciones-, además de en alguno de los cientos de viajes organizados de ida y vuelta que hay a diario. Pero si se prefiere dormir allí hay un montón de hoteles alrededor del recinto, en el cercano pueblo de Pisté. Una opción económica es el Hotel Dolores Alba, en plena selva con una piscina estupenda y bungalós limpios y con aire acondicionado, aunque desde luego sobrio y sin ningún lujo pero la habitación doble sale por unos 40 euros la noche. Para los más sibaritas hay otras muchas opciones más lujosas.
Dolores Alba Chichen Itza. Km 122 Carretera Mérida- Cancún. Chichen Itzá, 97751 Pisté. Yucatán, México. +52 999 928 5650
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