Tiene una colosal escenografía y mezcla lo ortodoxo con lo heterodoxo, lo barroco y lo romántico, a los creyentes y a los agnósticos.. Está a espaldas de la Basílica del Gran Poder, en pleno barrio de San Lorenzo, así que el ambiente cofrade era inevitable. Aunque Casa Ricardo lleva desde 1898 dando de comer a Sevilla, como dice su eslógan, han conseguido darle un aire nuevo a la cocina tradicional, gracias en gran parte a la incoporación al equipo familiar de Ricardo hijo, que nunca podría prescindir de las croquetas de bechamel líquida que hace su madre y que han dado merecida fama a su restaurante pero que también se preocupa por los beneficios del marketing y las redes sociales para su negocio. En este ambiente y en este marco, con una atención excelente por parte de los anfitriones, se celebró el quinto encuentro gastronómico de #comeycomparte que organizan, siempre con gran éxito, Cristóbal Bermúdez, creador y editor de De Tapas por Sevilla, y Angel Fernández Millán, periodista y autor de Hecho en Andalucía y Banco de Ideas. Tuvimos doble fortuna, por un lado la de compartir mesa mantel con tres experimentados periodistas José María Montero (El gato en el jazmín), Benito Caetano (El blog de Benito Caetano) y Jose Luis Garrido Bustamante (El Blog de Garrido Bustamante), además de con May, una bloguera apasionada de los viajes (Las cosas de May), y, por otro, la de probar las primeras croquetas de Cuaresma del año. Son de bacalao, crujientes, bien fritas y tan suaves que se deshacen en la boca. Solo en siete días, los de la Semana Santa, en Casa Ricardo llegan a servir 9.000 unidades de esta variedad y más de 23.000 de las otras especialidades que tienen en el bar, ya que no en vano son "las mejores croquetas del mundo" como dicen algunos. No sé si eso es una exageración pero, sin duda, están entre las mejores croquetas de Sevilla e incluso han sido merecedoras de toda una oda escrita por Antonio Cattoni, compañero de Canal Sur Radio, que cuelga enmarcada de una de las paredes del comedor, entre santos, vírgenes, cristos e imágenes cofrades que llegan hasta el techo, todo un escenario de Semana Santa pero con barra y mesas. María del Carmen Romero, Meli, la madre de Ricardo, prepara la masa en su casa, que hace llegar al bar cada mañana, donde las enrollan y las empanan. Pero Casa Ricardo es mucho más que sus croquetas, tiene también un excelente queso de rulo a la plancha con vinagreta de miel y frutos secos del bosque, o un riquísimo pollo a la moruna, deshuesado, con miel de caña, reducción de Pedro Ximenez y pasas. Tampoco hay que olvidarse de probar el bacalao con mollo, una salsa similar al mojo rojo canario, las excelentes chacinas, los flamenquines o la leche frita y las torrijas de postre en época de Cuaresma, aunque ojo al dato: no hay café...pero hay muchos sitios cerca donde poder tomarlo. Una barra con azulejos trianeros paralela a la fachada del local en la que te indican los días que faltan para la Semana Santa o si es tiempo de vigilia, con unas mesitas bajas en un rincón, dan paso a un comedor interior si se prefiere una comida más reposada. El bar que abrió a finales del siglo XIX como una abacería o tienda de ultramarinos ha pasado por varios nombres (en la puerta aún figura la leyenda de"antigua Casa Ovidio") hasta que llegço a manos del actual dueño, Ricardo padre, en 1985. Desde siempre ha destilado ambiente cofrade, por algo está en San Lorenzo, barrio de conventos, de iglesias, de imágenes señeras de la Semana Santa, que conserva en sus tiendas, sus bares y sus bodegas todo el sabor de una Sevilla tradicional no exenta, sin embargo de nuevas propuestas creativas. En las calles de San Lorenzo vivieron personajes como el escritor Gustavo Adolfo Bécquer y su hermano, el pintor Valeriano Becquer o los más actuales Juan Eslava Galán o el fotógrafo Atín Aya. Ah, olvidaba decir que no hay bar cofrade que se precie si no tiene su habitual grupo de hermanos hablando de temas propios. Esto, sobre todo todos los días de la Semana Santa, también se cumple a menudo en Casa Ricardo.
Casa Ricardo. Antigua Casa Ovidio
Hernan Cortes 2 41002 Sevilla
Que buen sabor deja la crónica de un encuentro delicioso.
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