sábado, 5 de mayo de 2012

El encanto y la paz de Tavira, el pueblo más bonito del Algarve, en la Ría de Formosa














Tiene un aire decadente y es un sitio perfecto para descansar y disfrutar de la gastronomía de la región. Está lleno de iglesias, como la de Santa María, la del Carmo o la Misericordia, que casi nunca están abiertas, y tiene los restos de un castillo árabe con un jardín interior y excelentes vistas en la parte alta.
Tavira es uno de los pueblos más bonitos y tranquilos -hasta el momento- del Algarve portugués, cuenta con increíbles playas, como la Playa de la Isla de Tavira, donde puedes disfrutar además de una zona nudista, así como otras playas cercanas rodeadas de la naturaleza y de los espacios únicos y protegidos que ofrece el Parque Natural de la Ría Formosa como Barril o Cabanas. Concretamente la Isla de Tavira es un paradisíaco lugar que se encuentra al sur de la ciudad  aunque a ella solamente se puede llegar en barco o en taxi acuático, desde Tavira o desde Quatro Aguas. Con unos once kilómetros de extensión, forma parte del Parque Natural de Ría Formosa. La calidad de sus playas, con la certificación de Bandera Azul, hacen de esta zona un auténtico paraíso para los turistas. Sus aguas cristalinas, su arena dorada, su limpieza y su enclave privilegiado la sitúan como una de las mejores playas de Europa. De todas formas hay que decir que la playa no está en el pueblo sino a unos 10 minutos en un barco que cuesta 2 euros ida y vuelta, lo que hace probablemente que, a pesar de que el Algarve esté masificado de turistas, Tavira esté bastante al margen de bullas fuera de agosto, cuando llegan un montón de familias andaluzas que cruzan la frontera para disfrutar de arenales menos llenos que en España. Como el acceso en barco no es masivo como contrapartida cuando llegas encuentras una isla sin coches, aunque en la zona más cercana al puerto hay varias casas bajas, un camping y muchos, muchos restaurantes y bares hasta llegar a la orilla del mar. Está a unos 30 kilómetros de la frontera española y a otros 30 de Faro, la capital del Algarve.
Tradicionalmente, Tavira ha sido un pueblo pesquero, dedicado durante siglos a la pesca del atún, pero hoy el turismo es su principal fuente de ingresos. La localidad está atravesada por el río Gilao, con su puente romano, que la divide en dos partes. El terremoto que asoló la zona en 1755 destruyó prácticamente esta población, que fue reconstruida tras la catástrofe, levantándose todos los edificios históricos que afloran en sus calles. Tiene una herencia histórica romana, árabe y cristiana, lo que da un centro con restos de murallas, castillos, iglesias y puentes de diferentes épocas. La ciudad es relativamente pequeña así que se puede recorrer en un día pero es recomendable para pernoctar fuera del bullicio de Albufeira, Lagos o Portimao, si eres de los que prefieres la calma y no el ruido y el bullicio que, en cualquier caso, encuentras a pocos kilómetros. El río Gilao, la princpal atracción del municipio, desemboca a pocos kilómetros, en la zona de las islas y el parque de la ría Formosa, pero se convierte en el eje en el que se mueve la mayor parte de la vida del pueblo, tanto en su orilla norte como en la sur, especialmente en las zonas mas cercanas al Puente Romano, peatonal y siempre muy concurrido.
A la salida del pueblo y atravesando las salinas hay un hotel construido en una antigua almadraba, con gran encanto para alojarse y que incluso tiene un barco privado que te trae y te lleva a la playa, el Vila Galé Albacora. Está a unos 3 kilómeros del centro de Tavira pero el paseo merece la pena.  Las salinas alimentan a muchas aves acuáticas, particularmente en invierno, a muchas especies que comen en las orillas embarradas y en las salinas que guardan y conservan su alimento. También sirven para que aniden algunas especies como el flamenco o la cigüeña. Tavira es una gran productora de sal de mar de altísima calidad y pone mayor énfasis en la “flor de sal” que se exporta a todo el mundo y se puede obtener en tiendas junto al Marché de la Ribeira (Mercado de la Ribera). La Ría de Formosa, donde se ubica Tavira, está formada por un largo brazo de arena y mar de 60 kilómetros de largo extendido por toda la costa del sotavento algarveño. Un enorme laberinto de agua, islas, esteros, ojos, caños, rías, dunas y playas simultanean los influjos atlánticos y mediterráneos, con una situación geográfica y una diversidad biológica excepcionales. Desde la hermosa playa de Manta Rota, en el pueblito pesquero de Cacela Velha, situado en el extremo oriental del parque, hasta la punta contraria en la península de Ancao, se abren 18.000 hectáreas de ciénaga marina que merece la pena conocer.

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