miércoles, 8 de agosto de 2012

El misterio del monumento vikingo de Ales Stenar y el restaurante Vendel, en Kaseberga (Scania)

Asomado al mar Báltico y a lo largo de 67 metros se encuentran cerca de Ystad, Scania, las piedras de Ales o Ales Stenar, en sueco. Son 59 megalitos situados en fila formando una especie de barco que, según las pruebas del carbono 14 que han realizado los arqueólogos, podrían ser del año 600 después de Cristo, hace unos 1400 años. Está en Kaseberga, un precioso pueblecito pesquero, a 10 kilómetros de Ystad, y se considera un monumento funerario como otros de este tipo que hay en Escandinavia aunque en las excavaciones que han llevado a cabo en la zona no se han encontrado restos de cadáveres. Durante siglos se relacionó con un legendario rey vikingo llamado Ale que habría elegido ser enterrado en este carismático lugar. Las últimas excavaciones han confirmado que no se trata de una tumba aunque tampoco se sabe si se utilizó como templo o lugar sagrado. Sólo se han encontrado restos de cerámica y algunos huesos de animales.  Una teoría es que si el monumento en forma de barco no fuera un lugar de enterramiento podría haber sido construido en honor a la tripulación de algún barco que pereciera en el mar. Otra teoría dice que el barco fue construido como calendario, para determinar ciertas fechas a lo largo del año.
La alineación de las piedras en relación al sol es tal que el sol se pone sobre la punta noroeste del monumento durante el verano, y sale por la punta opuesta en invierno. Por eso muchos han buscado similitudes con el monumento megalítico de Stonehenge en el Reino Unido junto a Salisbury.  Es un enigma arqueológico que hasta nuestros días no han descifrado realmente ni su significado ni la utilidad que le dieron los vikingos. Ales Stenar fue construido seguramente por una comunidad de marinos que utilizaron bueyes, trineos, palas y herramentas de todo tipo para poder levantar y transportar las enormes piedras. Era la época de Beowulf, la poesía épica ambientada en la Edad de Hierro escandinava. Este "navío de piedra" ha sido restaurado en dos ocasiones, en 1917 y en 1956. Ales Stenar no es el único emplazamiento arqueológico con estas características en los países nórdicos pero si el mayor, la disposición de las piedras como si se tratase de un gran barco es habitual en muchos otros emplazamientos de la península escandinava.
Día y noche, docenas de peregrinos suben la empinada cuesta que sale desde el muelle de Kaseberga, creando una improvisada procesión a los largo de los cerca de mil metros que separan la población del monumento. Ales Stenar permanece accesible durante las veinticuatros horas del día. Por muchos que sean los visitantes, un extraño silencio, sólo roto por el sonido del viento, protege este lugar donde el cielo, el mar y la tierra parecen unirse de pronto para venerar unas piedras que sin duda incitan la meditación y el ensueño. Hasta Ales Stenar acuden anualmente un montón de turistas que además tienen ocasión de pasear por las calles de Kaseberga, un precioso y diminuto pueblecito de pescadores  próximo a Sandhammaren. Y en el muelle de Kaseberga está el restaurante Vendel Ales Stenar, uno de los más afamados de Scania. En la serie e la BBC sobre el comisario de Ystad Kurt Wallander, protagonizada por Kenneth Branagh, la planta superior del Vendel aparece simulando ser el despacho del famoso detective creado por Henning Mankell.
El Restaurante Vedell tiene una terraza de verano con un grill que te prepara pescados ahumados, como el salmón, el bacalao o el arenque; las gambas ahumadas; vieiras, ensaladas y una panadeía y pastelería orgánica que les ha hecho famosos. Allí puedes degustar el mejor pescado ahumado con arándanos rojos y patatas nuevas, arenque en escabeche, o carne de cerdo empanado, acompañado del mejor vino blanco de Australia, Sudáfrica, Francia e incluso hay cava español, todo por copas. El servicio es amable y el lugar inmejorable y demuestra como se puede cocinar con elegancia con productos locales. La región de Orensund está ganando poco a poco una reputación como destino gastronómico, con restaurantes de primer nivel y exponentes de la "slow food" o comida lenta. En el caso del Vendel Ales Setenar aseguran sentirse orgullosos de cocinar platos con sabores de Suecia. 
  

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