Es el mejor lugar de Roma para descansar, tomar algo o simplemente observar y dejarte llevar por la magia que hay en ella. La Piazza de la Rotonda es una de las zonas más frecuentadas de la 'ciudad eterna' porque enmarca el magnífico Panteón de Agripa. Para construirla tuvieron que derribar viviendas antiguas en el siglo XVI, durante el reinado de Clemente XI, y hasta el siglo XIX fue utilizada como mercado de pescado de la ciudad. En el centro de la plaza está el obelisco de Ramsés III y una fuente con un delfín. Pero la magia de este lugar se la da una de las mayores obras maestras de la arquitectura romana: el Panteón de Agripa , imponente por su belleza y arquitectura en mármol, su cúpula y por el ambiente envolvente que se respira en su interior. Fue construido por encargo del Emperador Adriano sobre las ruinas de un antiguo templo de madera que fue destruido por un incendio.
El nuevo templo se hizo de mármol, con un gran pórtico rodeado de columnas gris-rosadas que formaban la fachada. Tras la fachada se escondía el edificio central de planta circular que ahora existe. La leyenda cuenta que el Emperador Adriano, apasionado de astronomía, entraba en el Panteón de noche para poder observar las estrellas a través de su gran óculo situado en el centro de la cúpula. En realidad ese óculo está relacionado sobre todo con el sol, porque el templo fue construido con una orientación especial que lo convierte en una especie de calendario solar. Para descubrir cómo funciona tienes que entrar en el Panteón el día 21 o el 22 de diciembre a mediodía: se ve como un rayo de sol pasa a través del óculo e ilumina el pavimento del monumento justo en el centro del portal de acceso. En cambio, si entras el día 21 de abril, fecha de la fundación de Roma, a la misma hora el rayo iluminará un poco más arriba y te alumbrará mientras entres.
En la Piazza della Rotonda siempre hay músicos tocando el Libertango de Piazzola, grupos de turistas haciendo fotos, romanos tomando un café- que naturalmente cuesta cuatro veces más que en cualquier otro punto de la ciudad- y observándolo todo con distancia, vendedores ambulantes, actores, conductores intentando alquilarte un coche de caballos...desde allí a un paseo de unos 20 minutos por callejuelas estrechas, atravesando el Campo de Marte llegas a la Fontana di Trevi y a las zonas más interesantes del centro histórico de Roma, un auténtico museo al aire libre entre la orilla del Tíber y la Vía del Corso, la principal de Roma.
Como curiosidad de la Piazza hay que destacar una placa en la pared de la derecha del edificio de enfrente del Panteón, que recuerda que la plaza, en el siglo XVIII, fue limpiada de tabernas y burdeles por la autoridad papal. Además hay otra placa en la fachada del palacio que hoy alberga el hotel "Del Sole", y que recuerda que el poeta Torquato Tasso estuvo allí. También el director de cine inglés Peter Greenaway escogió la plaza para varias secuencias de su película “The Belly of an Architect". Muy cerca, hay que tomar un capuccino en el Café Sant'Eustachio (entre el Panteón y la Plaza Navona), una de las cafeterías más típicas y antiguas de Roma. Con tostador artesanal propio de café, presume de ofrecer un café fresco y aromático que se plasma en su gran especialidad conocida como "El Gran Café" o Grancaffè, una mezcla original de cafés servida en crema, sin olvidar los inolvidables espressos o capuccinos que para muchos son los mejores de Roma. Tiene tienda propia obligatoria para los amantes de los delicatessen relacionados con el café: licores, dulces de café y por supuesto cafe molido para llevar a casa.
Como curiosidad de la Piazza hay que destacar una placa en la pared de la derecha del edificio de enfrente del Panteón, que recuerda que la plaza, en el siglo XVIII, fue limpiada de tabernas y burdeles por la autoridad papal. Además hay otra placa en la fachada del palacio que hoy alberga el hotel "Del Sole", y que recuerda que el poeta Torquato Tasso estuvo allí. También el director de cine inglés Peter Greenaway escogió la plaza para varias secuencias de su película “The Belly of an Architect". Muy cerca, hay que tomar un capuccino en el Café Sant'Eustachio (entre el Panteón y la Plaza Navona), una de las cafeterías más típicas y antiguas de Roma. Con tostador artesanal propio de café, presume de ofrecer un café fresco y aromático que se plasma en su gran especialidad conocida como "El Gran Café" o Grancaffè, una mezcla original de cafés servida en crema, sin olvidar los inolvidables espressos o capuccinos que para muchos son los mejores de Roma. Tiene tienda propia obligatoria para los amantes de los delicatessen relacionados con el café: licores, dulces de café y por supuesto cafe molido para llevar a casa.
aich.. qué recuerdosss..
ResponderEliminarA que si!! Y mira que hicimos malas fotos. Se ve que yo no tenía aún la idea de abrir un blog ! jeje
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