Ferragudo es un pueblo con mucho encanto, situado en un extremo de Lagoa y frente a Portimao, que no ha perdido su sabor de aldea de pescadores, calles estrechas y casas de estilo morisco, pese al turismo. Está a orillas del rio Arad que en el siglo XV se defendía desde el Fuerte de San Juan de Arad o Castillo de Arad que restauró en el siglo XX el poeta Cavalho Coelho para su residencia privada. El fuerte, una de las señas de identidad de Ferragudo, separa dos playas, la de Agrinha y Praia Grande. En el pueblo se puede visitar la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción que tiene un bonito altar del siglo XVI y exvotos de los pescadores con promesas hechas a su patrona y como símbolos de los milagros realizados por ella. Dentro del rio Arad se encuentra la ermita de Nuestra Señora del Rosario, construida en una isla y con un paisaje en el que acantilados,colinas y grutas se extienden hasta la misma orilla.
En el paseo de Ferragudo se pueden ver nasas y útiles de pesca de muchos vecinos del municipio que viven todavía de la mar. De hecho el paseo marítimo tiene cinco o seis restaurantes que preparan doradas, corvinas, pargos o lenguados recien pescados del mar y que van directamente al plato. En cuanto a playas, Agrinha es una zona tranquila, con todos los servicios que necesites y acceso por carretera al igual que Praia Grande. Cerca están también la praia de Caneiros y praia Mato, esta última bastante solitaria porque tiene peor acceso. También hay que ver la praia Do Pintadinho que se encuentra al oeste de Ponta do Altar, un promontorio estrecho y alargado, que tiene un faro. En el acantilado en el extremo norte de la playa hay una galería rocosa que forma dos magníficos arcos. Desde Praia do Pintadinho es posible ver la desembocadura del río Arade con la ciudad de Portimão al fondo. Hay una amplia zona de aparcamiento cerca de la playa, que tiene restaurantes y aseos y está vigilada durante la temporada de verano. En definitiva, Ferragudo es uno de los lugares con encanto del Algarve portugués, justo enfrente del horror de la masificada Praia da Rocha y de Portimao. Su crecimiento ha sido más respetuoso que en las poblaciones cercanas y mantiene callejones adoquinados, escaleras empinadas y casas de blancas fachadas que conservan el aspecto de épocas pasadas.
En el paseo de Ferragudo se pueden ver nasas y útiles de pesca de muchos vecinos del municipio que viven todavía de la mar. De hecho el paseo marítimo tiene cinco o seis restaurantes que preparan doradas, corvinas, pargos o lenguados recien pescados del mar y que van directamente al plato. En cuanto a playas, Agrinha es una zona tranquila, con todos los servicios que necesites y acceso por carretera al igual que Praia Grande. Cerca están también la praia de Caneiros y praia Mato, esta última bastante solitaria porque tiene peor acceso. También hay que ver la praia Do Pintadinho que se encuentra al oeste de Ponta do Altar, un promontorio estrecho y alargado, que tiene un faro. En el acantilado en el extremo norte de la playa hay una galería rocosa que forma dos magníficos arcos. Desde Praia do Pintadinho es posible ver la desembocadura del río Arade con la ciudad de Portimão al fondo. Hay una amplia zona de aparcamiento cerca de la playa, que tiene restaurantes y aseos y está vigilada durante la temporada de verano. En definitiva, Ferragudo es uno de los lugares con encanto del Algarve portugués, justo enfrente del horror de la masificada Praia da Rocha y de Portimao. Su crecimiento ha sido más respetuoso que en las poblaciones cercanas y mantiene callejones adoquinados, escaleras empinadas y casas de blancas fachadas que conservan el aspecto de épocas pasadas.
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